46 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenado¿QUE ES EL HOMBRE?

El hombre condenado – 46

Los hijos de condenación (XXXVIII) – Babilonia (30)

Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra  (Apocalipsis 18:24)

        Y llegamos al aspecto definitivo de la naturaleza de Babilonia: la muerte por homicidio. Todo el desarrollo del modelo babilónico tiene un propósito escondido y perverso revelado en la Escritura: la muerte del hombre en sus dos vertientes: física y espiritual. No nos engañemos con la atracción placentera que ejerce el hechizo y la fascinación de la ciudad de Nimrod. Incluso habiendo entrado en Jerusalén y escapado de sus garras, podemos volver a ser fascinados por su persuasión irresistible al hombre carnal. Fue la tentación de los gálatas (Gá. 3:1); y es la historia de la iglesia a lo largo de los siglos.

Babilonia puede atraer con música, sexo, drogas, idolatría, poder económico y político, religiosidad o sincretismo, pero el final de su acción sobre los hombres y los pueblos es la muerte, la separación de Dios. Es la naturaleza y el propósito de Satanás como diseñador de esta ciudad de perdición. Mira lo que dice Jesús de él: Ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Ha venido a hurtar y matar y destruir.

Una parte de la iglesia vive ignorando que estamos expuestos a su influencia si no velamos y oramos para no caer en tentación. Moisés resistió el espíritu babilónico cuando escogió antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón… en la ciudad celestial.

Babilonia mata a los profetas, como lo hizo Jezabel. Derrama la sangre de los santos y los justos, aquellos que son la luz del mundo y la sal de la tierra. Por eso Dios la juzga: Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra (Jer.51:49). Seguimos viviendo hoy bajo el poder demoníaco de esta potestad que busca, de diferentes formas, mentir, robar y finalmente matar. Matar el cuerpo físico y contaminar el alma mediante el engaño y la mentira, mezclando la revelación de Dios con falsificación; el trigo con la cizaña. La verdad nos hará libres. Si permanecemos en su palabra el diablo no podrá dañarnos. Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn.5:18).

Babilonia tiene las manos manchadas de sangre desde los días de Caín.

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