42 – Orando con el salmista

Orando con el salmista - PortadaEstad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob  (Salmos 46:10,11).

La quietud es una virtud del alma que parece haber desaparecido de nuestra sociedad postmoderna. Nuestras ciudades están diseñadas para el ruido, la agitación y un ritmo frenético. La serenidad, la paz y el sosiego parecen pertenecer a filosofías o religiones orientales muy lejanas. Sin embargo, nuestra herencia judeocristiana se fundamenta en el Dios de Israel, que en este salmo nos invita a estar quietos y conocer que Él es Dios; será exaltado en todas las naciones, y se levanta como nuestro baluarte frente a los desafíos de turbación que nos acechan. Es el mismo mensaje de Jesús cuando dijo: venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera. Bendito sea el Dios de Israel y su Mesías, Jesús de Nazaret.

Padre, tú eres nuestra paz y descanso. Gracias por ser el baluarte de Israel y traer tú reino de paz, gozo y justicia a nuestro país. Amén.

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