103 – Orando con el salmista

Orando con el salmista - PortadaEl Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos  (Salmos 138:8).

         El salmista nos presenta aquí tres frases en las que podríamos meditar ampliamente. Hay muchas en los Salmos. Deberíamos recuperar la disciplina de la meditación. La primera golpea y despierta como un dardo certero: El Señor cumplirá su propósito en mí. Es una declaración sin titubeos. Nos transporta a la verdad expuesta por Pablo en Efesios. Un propósito eterno y trascendente de nuestras vidas. Escogidos en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha… para que fuéramos hijos… para la alabanza de la gloria de su gracia… las obras preparadas de antemano… creados en Cristo para buenas obras… somos hechura suya… creados en justicia y santidad de la verdad. Culminando el propósito de nuestro peregrinaje con las palabras del apóstol: He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. Es el mismo sentir de Jesús en su oración al Padre: Te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera (Juan 17:4). Nuestro hombre continúa con otra frase para enmarcar. Eterna, oh Señor, es tu misericordia. Son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22,23). La misericordia triunfa sobre el juicio. Y por último, el salmista nos da otra frase para orar: No abandones las obras de tus manos. Es una petición conociendo la misericordia de Dios hacia su creación. El ser humano es el sello de la creación de Dios. Lo has hecho un poco menor que los ángeles. Aviva, oh Señor, tu obra en medio de los tiempos. Su obra somos nosotros. Templo del Espíritu Santo. Santificados para alabanza de su gloria. Por tanto, el Señor cumplirá su propósito en míNo te dejaré, ni te desampararéEstaré con vosotros todos los días hasta el fin… Dulce será mi meditación en él (Salmo 104:34).

         Padre, cumple tu propósito con Israel en su tierra. Levanta tu misericordia, una vez más, a las naciones, no abandones tu obra. Amén.

Download PDF

Deja un comentario