114 – LA VIDA EN EL ESPÍRITU – Evangelistas

La vida en el Espíritu - MeditacionesDones ministeriales – evangelistas

Y El dio a algunos el ser… evangelistas (Efesios 4:11).

Debemos combinar la lista de dones ministeriales de 1 Corintios 12:28 con Efesios 4:11. De esta forma podemos ver que los evangelistas tienen como dones relevantes en su equipo ministerial milagros y sanidades, aunque también aparecen en otros ministerios como el de apóstol y profeta. El ministerio evangelístico es aquel que tiene una capacidad dada por el Espíritu para anunciar el evangelio con la confirmación de señales y prodigios. Tienen un potencial especial para hacer avanzar el evangelio en pueblos y naciones donde muchos se convierten al Señor.

Lo vemos en el evangelista Felipe en el libro de los Hechos y en la ciudad de Samaria. Predicó el evangelio de tal forma que el Señor confirmó el mensaje con señales y milagros, la ciudad quedó conmovida por el impacto de la predicación del que había comenzado sirviendo a las mesas de las viudas. Sin embargo, necesitó la llegada de los apóstoles Pedro y Juan para que orasen por los discípulos y recibieran el Espíritu Santo. Esto nos enseña que ningún ministerio tiene todos los dones, nos necesitamos los unos a los otros; Jesús ha distribuido su plenitud en la totalidad del cuerpo, por tanto, necesitamos reconocer lo que somos y no somos, lo que tenemos y no tenemos, sin arrogancia ni complejos, con humildad, sabiendo que somos parte de un cuerpo donde hay diferentes dones y ministerios.

Todos podemos y debemos predicar el evangelio, pero el potencial divino para extender su reino en pueblos y naciones ha sido dado a algunos, debemos reconocerlos sin idolatrarlos y aportar nuestros dones. Por su parte la persona con el llamamiento de evangelista necesitará reconocer los demás ministerios y su función para completar lo que a él mismo le falta. Cuando un evangelista se vuelve maestro y sienta cátedra, abusando de sus dones espectaculares para asumir una autoridad que no tiene del Espíritu pone la primera piedra de un edificio inestable que será levantado con la simiente interna de su propia destrucción. La obra sufrirá pérdida.

Hay mucha edificación sobre heno, paja y hojarasca; debemos edificar y apoyar aquello que se edifica sobre oro, plata y piedras preciosas, cuyo fundamento siempre es Jesucristo. Por otro lado, el evangelista no solo predica a las multitudes, sino que lo hace también a personas individuales. El mayor evangelista de todos, Jesús de Nazaret, habló a solas con Nicodemo, enseñó a una mujer, y samaritana, también lo hizo a multitudes. Él es nuestro modelo.

         El Señor ha dado a algunos el ser evangelistas para anunciar el evangelio con señales y prodigios que abren pueblos y naciones al mensaje del reino.

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