Los profetas de Israel (CX) – Malaquías (2)
He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor… he aquí viene… ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como jabón de lavadores (Malaquías 3:1,2)
Las dos venidas del Mesías son anunciadas debidamente por el mensajero que le precede. Este es un principio que vemos en la Escritura como denominador común en la llegada del Cordero y el León. Antes de su venida (la primera o segunda) el tiempo y la atmósfera espiritual es decadente; la maldad en aumento, por lo que se anuncia juicio a los pecadores, y restauración para quienes se arrepienten de sus pecados.
Juan el Bautista clamó en el desierto para preparar el camino al Señor (Is.40:3). El mensaje era claro: arrepentimiento para vida. Viene el que salva y condena; el aventador está en su mano, limpiará su era, recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará (Lc. 3:17). Malaquías anuncia el mensajero de YHVH que preparará el camino delante de él en su segunda venida. Más adelante lo identifica con el profeta Elías (4:5).
Un ministerio profético que pone de manifiesto la maldad del corazón del hombre, que habrá aumentado de tal forma que el amor de muchos se enfriará. Una gran apostasía tendrá lugar (2 Tes.2:3). Es el misterio de la iniquidad entre las naciones que viven lejos de la ley de Dios. Jesús identifica los días de Noé y los de Lot con el fin de los tiempos anteriores a su venida (Lc.17:30).
En medio de una decadencia moral que afligirá a los justos, se anuncia la llegada del Rey de justicia, por tanto, serán pocos los que podrán estar en pie cuando él se manifieste. Habrá una diferencia determinante entre unas personas y otras; entre el justo y el impío; los que temen a Dios y quienes menosprecian servirle; los que piensan en su nombre y los que hacen iniquidad (Mal.3:13-18). Los primeros recibirán reposo (2 Tes.1:7); no se alejarán de él avergonzados (1 Jn.2:28); serán semejantes a él, porque le verán tal como él es (1 Jn.3:2); y serán manifestados juntamente con él en gloria (Col.3:4).
En cuanto a los segundos sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2 Tes.1:9). No podrán permanecer delante de él porque es el Verbo de Dios, el Santo de Israel, el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apc.6:17). No entrará en la ciudad cosa inmunda (Apc.21:27). El día de su manifestación será muy diferente para unos y otros.
El mensajero del Señor (no es Mahoma) prepara y anuncia la manifestación del Mesías para poder estar en pie cuando él se manifieste.