17 – LA LUCHA INTERIOR – El juicio de Dios sobre Edom

Lucha interiorEl juicio de Dios sobre Edom

Porque mi espada está embriagada en el cielo, he aquí, descenderá para hacer juicio sobre Edom y sobre el pueblo que yo he dedicado a la destrucción. La espada del Señor está llena de sangre… porque el Señor tiene un sacrificio en Bosra, y una matanza en la tierra de Edom  (Isaías 34:6).

Esta establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). La Biblia no es un compendio de palabras bonitas nada más. En sus páginas encontramos la revelación de Dios y su carácter. Dios es misericordioso, pero no tendrá por inocente al culpable. Hay un día fijado en el cuál Dios juzgará a todos los hombres y todas las naciones, por medio de un hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos (Hch.17:30-31).

Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo y seremos juzgados conforme a mi evangelio, decía Pablo (Ro.2:16). Hay un día señalado para el juicio a las naciones también. Los profetas de Israel lo anunciaron una y otra vez. Hoy preferimos ignorarlos y quedarnos con los mensajes aguados de predicadores de pensamiento positivo. Pero está escrito que tenemos la palabra profética más segura, a la cual debemos estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro. No podemos escoger de la Escritura los pasajes que nos hacen sentir bien para realizar nuestros «sueños», y olvidar las advertencias proféticas que nos hablan de nuestro engañoso corazón.

El profeta Isaías dice que la espada del Señor está llena de sangre, el Señor tiene un sacrificio en Bosra, una de las ciudades importantes del reino de Edom. En la tierra de Edom habría una gran matanza. El reino edomita quedaría destruido por completo y toda clase de animales harían su morada en él.

Juan revela en Apocalipsis el día de la ira de Dios y del Cordero. La llegada del reino mesiánico establecerá la justicia en la tierra. Las naciones y sus reyes quedarán expuestos ante su maldad, y Dios juzgará toda obra de la carne. La naturaleza pecaminosa de Esaú está destinada para el fuego. Tiene fecha de caducidad. La sangre de los mártires será juzgada. La sangre de los inocentes clama delante del trono de Dios, como lo hizo la sangre de Abel. La paga del pecado es muerte. Todo lo que el hombre siembra eso siega.

Todos aquellos que viven según la carne, entregados a pasiones desordenadas, esclavos de deleites diversos, que tienen apariencia de piedad pero niegan su eficacia, serán entregados a la espada del Señor. Jesús dijo: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

         Hay un día para el juicio de Edom y todos los que viven en su tierra; como hay un día cuando el lucero de la mañana aparecerá en nuestros corazones y nos gozaremos con gozo inefable y glorioso.

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