HOMBRES DE VERDAD (13) – Persiste en lo que has aprendido

Hombres de verdadHOMBRES DE VERDAD – Persiste en las cosas que has aprendido

Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quienes las has aprendido  (2 Timoteo 3:14).

Después de haber hecho una relación pormenorizada del carácter de los hombres en los últimos tiempos, a partir de los versículos 10 y 14 el apóstol se vuelve a Timoteo, le mira los ojos y le dice: «Pero tú», y «», persiste en lo que has aprendido. En otras palabras: a pesar del ambiente disoluto del carácter de la sociedad de los últimos tiempos, el hombre de Dios persiste en mantenerse firme en la verdad, la verdad revelada en las Escrituras. El hombre de verdad es un hombre formado por la palabra de Dios. Jesús oró: «Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad» (Juan 17:17). Y también: «Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31,32). Y en otra ocasión: «Si permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho» (Juan 15:7).

Para poder mantenernos firmes en medio de la disolución del carácter debemos estar firmes en la Roca, anclados en la verdad, asidos de la palabra de vida, meditando en ella de día y de noche, que sea lumbrera en nuestro camino, martillo que quebranta la piedra, la que renueva nuestros pensamientos continuamente, nos ayuda a discernir el bien del mal y conoce las intenciones de nuestro engañoso corazón.

La sociedad actual, en sentido general, desprecia la Biblia. Los gobernantes se juntan contra el Señor y su Ungido diciendo: «rompamos sus ligaduras» (Salmo 2). Lo hacen promoviendo leyes impías en los parlamentos; mediante agendas mundialistas opuestas a la revelación de Dios y la ley natural. El Señor se reirá de ellos y luego los turbará con su ira. Incluso muchos predicadores niegan las Escrituras, se avergüenzan rendidos a lo políticamente correcto, porque aman más la gloria de los hombres que la gloria de Dios. Escogen sus pobres intereses que la verdad. Otros parecería que usan la Biblia como si fuera mágica, una forma de bibliomancia para conseguir sus deseos de forma fantástica repitiéndola como un mantra pero sus corazones están lejos del Autor.

El hombre de Dios tiene la palabra viviente en su corazón. Está firme en la verdad. Dios no cambia. El cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán. Podemos tener sueños de paja, o la palabra como trigo. Jeremías escogió la obediencia a la verdad aunque fuera impopular para su generación (Jeremías 23). Ahora Pablo le dice a Timoteo: persiste en lo que has aprendido. Te has persuadido. Forma parte de ti. Es la doctrina apostólica. No la sueltes. Hagamos lo mismo.

         Los hombres de verdad están formados por la palabra de Dios y no la sueltan. Es su predicación y su vida. Las palabras de esta vida (Hechos 5:20).

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