La gloria (es) de Dios (10)
Llegará el tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria…Y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones (Isaías 66:18,19 LBLA).
El final del libro del profeta Isaías es apoteósico, como el libro de Apocalipsis. Las naciones y lenguas vendrán, ¿dónde?, a Sión; y verán su gloria. Las naciones que habían sido cubiertas de tinieblas y oscuridad, luz les ha resplandecido. El anticipo lo encontramos en las ciudades de Zabulón, y en la tierra de Neftalí, también en Galilea de los gentiles (una región poblada mayoritariamente de gentes no judías), el pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció (Mateo 4:12-16). En medio de esa atmósfera espiritual dio inicio la predicación de Jesús, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Una vez más tinieblas antes de luz, como el comienzo del libro de Génesis, donde la tierra estaba desordenada, vacía y en tinieblas, hasta que la voz eterna, la palabra viviente, el Verbo de Dios, anunció: sea la luz; y fue la luz (Génesis 1:2,3).
Pero el corazón del hombre tiende a la oscuridad, sus obras no son buenas; aman mas las tinieblas que la luz, no quieren venir a la luz para que sus obras no sean expuestas (Juan 3:219-21). Igual que el primer hombre, se esconden en la mentira y la rebelión, argumentan, se justifican, buscan culpables, chivos expiatorios sobre los que derivar su responsabilidad. Pero hay una luz que es imposible tapar, la luz verdadera que alumbra a todo hombre ha venido al mundo; llegó el cumplimiento del tiempo, y el Verbo se hizo carne, habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad (Juan 1:14). Y esa luz imponente resplandece en medio de las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella (Juan 1:5).
Una vez más comienza todo. La historia repetida. Tinieblas cercando los pueblos y continentes, como en la actual pandemia de mentiras y manipulaciones para esconder la maldad de gobernantes al estilo de Nimrod en la llanura de Sinar. Un tiempo de zozobra, mentira y engaño, —tinieblas—, que preceden al día de mayor luz, cuando el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en nuestros corazones (1 Pedro 1:19). La tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar (Isaías 11:9) y (Habacuc 2:14). Hoy el dios de este siglo ciega el entendimiento para que no resplandezca la luz; pero Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandece en nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (2 Corintios 4:3-6).
Hoy es día de salvación: dejar las tinieblas viniendo a la luz verdadera.