219 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLos profetas de Israel (CVI) – Zacarías (10)

En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice YHVH de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia (Zacarías 13:1,2)

         El autor del libro sigue enumerando sucesos que tendrán lugar en aquel tiempo. ¿De qué tiempo habla? El profeta habla especialmente del advenimiento del reino mesiánico, aunque va intercalando algunas profecías que tienen que ver con la primera venida del Mesías: Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata (11:12); una referencia clara a la traición de Judas.

En nuestro texto nos encontramos con algunos aspectos más de la restauración de Israel en su tierra y a su Dios. Habrá un manantial abierto para la casa de David y los habitantes de Jerusalén que experimentarán la purificación de sus pecados y de toda inmundicia.

En ese mismo tiempo el Señor quitará de la tierra los nombres de las imágenes; la idolatría será extirpada de la tierra de Israel, lo que nunca ocurrió cuando la heredaron en la antigüedad en días de Josué, los Jueces y los reyes. Ahora sí. La idolatría cananea, que con los siglos evolucionó en sus formas babilónicas, será cortada de la tierra donde el Mesías ha puesto su trono. Sus nombres no serán recordados.

Los falsos profetas quedarán lejos de la ciudad de Verdad, y el monte de Santidad (8:3). No se tolerará la mentira en nombre de YHVH (13:3). Los falsos profetas se avergonzarán de sus visiones (13:4). Y el pueblo del Señor reconocerá al verdadero profeta de Dios, el Mesías que fue rechazado por la nación en su primera venida; ahora le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y el responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos (13:6). Una referencia a la profecía de Isaías: Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Is.53:5).

Habrá llegado el momento cuando los suyos sí le reciben (Jn.1:11). El que fue herido como pastor dando lugar a la dispersión de las ovejas de la casa de Israel (13:7); ahora será invocado su nombre y serán oídos; el Señor les dirá: Pueblo mío; y él dirá: YHVH es mi Dios (13:9). La culminación de los tiempos de los gentiles llegará a su término. El Espíritu de Dios será derramado para que su pueblo invoque su nombre, como anunció Joel; y habrá un rebaño y un pastor (Jn.10:16).

         Perdón de pecados, libertad de la idolatría y la falsa profecía son parte de la restauración de Israel el día cuando el Mesías se revela a su pueblo.

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