3 – DESPUÉS DE LA CAÍDA – El dominio del pecado

Después de la caídaEl dominio del pecado

 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias  (Romanos 6:12 RV60)

A menudo los escépticos preguntan ¿qué es el pecado? Las respuestas que se han dado en muchos casos no son convincentes, por otro lado son muy confusas. El mundo religioso ha transmitido la idea de que el pecado es hacer cosas malas, lo cual está muy alejado de lo que la Escritura enseña sobre su naturaleza. El pecado es un dominio, un reino. El pecado produce muerte, es decir, nos introduce en sus dominios, el dominio de la muerte, el imperio de la muerte (Heb. 2:14).

El pecado es la entrada a este reino de muerte que está dominado por Satanás, el que tenía el imperio de la muerte y tiraniza por el temor a la muerte a todos los hombres. Por tanto, el pecado reinó para muerte (Rom. 5:21). Por la transgresión de uno solo reinó la muerte (Ro.5:17). Reinó la muerte desde Adán hasta Moisés (Rom. 5:14). El pecado es un poder que tiraniza al hombre desde su misma concepción, porque lo hereda del primer hombre, está en su misma naturaleza, si es hombre recibe la herencia del hombre.

Nacemos bajo el reinado del pecado y la muerte. El que domina este reino nos domina a nosotros. Nacemos muertos en delitos y pecados. Separados de Dios pero unidos a la naturaleza del mal que ejerce su tiranía sobre el hombre y no le deja cumplir el propósito divino. El corazón del hombre está inclinado al mal. No somos malos porque pecamos, si no que pecamos porque somos y nacemos en pecado.

El hombre no es bueno por naturaleza y viene a ser malo por las circunstancias externas, si no que es malo por naturaleza y afecta a todas sus circunstancias con su inclinación al mal. Cuando el texto que tenemos arriba nos dice: no reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias, está hablando a hombres y mujeres redimidos que ahora sí tienen la capacidad de no someterse al pecado porque han sido rescatados del que tenía el poder del pecado, son propiedad de otro, de aquel que los redimió para vivir el tiempo que resta para la gloria de Dios.

La naturaleza pecaminosa ha producido en el hombre muerte, juicio y condenación. Por la transgresión de aquel uno murieron los muchos (5:15). El juicio vino a causa de un solo pecado para condenación (5:16). Por la transgresión de uno solo reinó la muerte (5:17). Por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres (5:18). Por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores (5:19). Todo ello nos conduce al reino del pecado para muerte (5:21).

         El dominio del pecado ha colocado al hombre en una necesidad vital de recibir liberación a través de la redención.

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