253 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoEn las Cartas (IV) – 1 Corintios

Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que el reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte (1 Corintios 15:23-26)

         Debemos entender que en la mayoría de las cartas apostólicas el tema predominante no es el reino mesiánico ―aunque sí se aborda dentro del tema de los últimos tiempos, especialmente en Tesalonicenses y en la segunda carta del apóstol Pedro que veremos― sin embargo, en todas ellas aparece Jesús entronizado como Señor y Mesías a la diestra del Padre.

Sí podemos ver en distintos momentos el pensamiento de los apóstoles al respecto de este tema, que no era otro que la herencia del mensaje de los profetas y que hemos visto ampliamente en esta serie. Como judíos mantenían la revelación de Dios, ampliada por la venida del Mesías y el Espíritu Santo que desplegó el misterio en una dimensión mucho mayor.

Avanzando en las cartas nos encontramos con el texto de 1 Corintios donde Pablo trata acerca de la resurrección, y en medio de su exposición nos deja algunos detalles interesantes sobre nuestro tema.

La resurrección tiene un orden detallado: Cristo primeramente, las primicias, los que son de Cristo que resucitarán en el momento cuando aparece el Señor. Ese momento es cuando se establece el reino en Jerusalén, donde el Mesías reinará con los suyos. Y después entregará el reino establecido en Sion al Dios y Padre, habiendo suprimido todo dominio, autoridad, y potencia. Habrá puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies; y el último enemigo que será suprimido es la muerte.

Recordemos que en el reino mesiánico aún tendrá dominio la muerte sobre quienes no han resucitado con Cristo y que vivirán en la tierra. Recordar lo que dijo el profeta: el niño morirá de cien años (Is.65:20), por tanto, la muerte estará vigente aún. Pero llega el momento cuando todo es consumado. El tiempo no será más, y cuando todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos (1 Co.15:28). Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas (Rom.11:36). En nuestro texto inicial se habla del fin, y una parte de los sucesos que preceden al desenlace de todas las cosas es el reino mesiánico establecido en Jerusalén.

         El reino mesiánico es el gobierno del Justo sobre las naciones, suprimiendo todo dominio y poniendo a todos sus enemigos bajo sus pies.

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