El resurgimiento del islam (2)
La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será (Apocalipsis 17:8)
Identificar a la bestia del libro de Apocalipsis ha sido, y es, motivo de gran disparidad de comentarios. Los hay para todos los gustos. Algunos realmente pertenecen al género de la escatología ficción. No entraré en un debate interminable sobre ello, pero si llamaré la atención acerca de algunos detalles a tener en cuenta. En nuestro texto se dice que la bestia que había visto el apóstol Juan a partir del capítulo 11 y sobre todo desde el 13, era y no es, y está para subir del abismo.
En el tiempo cuando escribió Juan su libro de revelación el dominio mundial pertenecía al Imperio Romano. Por tanto, debemos descartar (soy consciente de que esta ha sido y sigue siendo la interpretación más generalizada al respecto) un levantamiento del Imperio Romano en Europa (aunque la UE forme parte políticamente de la oposición a Israel) porque dice Juan que «era» (tiempo pasado referido a Babilonia), «y no es», tiempo presente; «y está para subir», es decir, aun no había hecho su aparición.
El islam emergió del desierto en el siglo VII, después de la predicación de su profeta, con un mensaje mezclado de judaísmo y cristianismo herético para levantar una nueva religión que no solo era un mensaje espiritual, sino político y totalitario. El islam es un sistema totalitario que pretende dominar el mundo entero para implantar la ley sharía. En pocas décadas, sus conquistas, después de unificar toda Arabia, abarcaron la antigua Mesopotamia (la actual Irak e Irán) Siria, el norte de África, y la península Ibérica por occidente, y hasta la India por la parte oriental. Su expansión fue impresionante. Gran parte del cristianismo antiguo quedó anegado y erradicado en poco tiempo, cambiando la ley, los tiempos y la confesión de fe judía y cristiana por la Shahada: «no hay más dios que Alá, y Mahoma es su mensajero», impuesta por la fuerza de la espada.
El mensaje contiene la naturaleza del abismo de donde emergió: conversión obligatoria a la nueva fe, o muerte. La otra alternativa era aplicar el sistema de la Dhimma, implantando en los pueblos sometidos una posición subordinada al islam, con la obligación de pagar un impuesto abusivo y vivir en inferioridad de derechos que forzaba, en muchos casos, la apostasía de la fe original de las naciones sometidas.
Mantengo que la primera bestia de Apocalipsis se trata del surgimiento del islam, y la segunda de su resurgir mediante el imperio turco.