Consecuencias de la conspiración
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía… (Génesis 1:1,2)
Después de la conspiración viene irremediablemente una batalla. Los frentes de cada bando se alinean; el resultado posterior establecerá un nuevo gobierno o reafirmará el antiguo. Cabe preguntarse cómo es posible que Lucifer concibiera la posibilidad de derrotar al Rey del Universo −creador de todas las cosas− para ocupar su lugar. El intento se revela en la Escritura con toda claridad. No cabe pensar que el fracaso estuviera asegurado e iniciara una conspiración semejante. Preguntas difíciles de responder en profundidad puesto que la Biblia no da respuestas definitivas, aunque sí indicios. De cualquier modo, lo que sí cabe asegurar es que un conflicto semejante tuvo que conducir a un caos, la destrucción que sigue a toda batalla. Y aquí es donde entramos en nuestro texto de los dos primeros versículos de Génesis.
Pudiera ser que entre el versículo 1 y el 2 se hayan producido estos acontecimientos que venimos examinando. La tierra estaba sin orden y vacía. Sin embargo, el profeta Isaías nos dice: Porque así dice el Señor que creó los cielos (El es el Dios que formó la tierra y la hizo, El la estableció y no la hizo un lugar desolado, sino que la formó para ser habitada): Yo soy el Señor y no hay ningún otro (Isaías 45:18 LBLA).
Si Dios hizo la tierra para ser habitada y en el inicio del Génesis la encontramos vacía y sin orden podemos pensar que algo había ocurrido para llegar a esa situación. Tal vez, −pensamos−, fue la consecuencia de la batalla consumada en los lugares celestes antes de la creación de la tierra y el hombre. Pudiera significar la consecuencia de un juicio de Dios antes que el mundo fuese.
Según el estudio que realizó Derek Prince de las palabras desordenada y vacía (en hebreo tohu y bohu), estas aparecen solamente juntas en tres versículos de la Biblia: en Génesis 1:2; Isaías 34:11 y Jeremías 4:23. En los pasajes de Isaías y Jeremías se describen escenas de desolación causadas por el juicio de Dios sobre la terrible maldad. Lo cual puede llevarnos a pensar que en medio de Génesis 1:1 y Génesis 1:2 se había producido un juicio de Dios que produjo desorden y vacío. A partir de ese momento la palabra de Dios interviene para formar y separar la luz de las tinieblas.
El inicio de la iniquidad condujo a la conspiración que causó una batalla donde el juicio de Dios sobre Lucifer quedó establecido.