TIEMPOS FINALES (23) – Resisten la verdad

Control del alma humanaResisten a la verdad

Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque habrá hombres… que resisten (se oponen a) la verdad… (2 Timoteo 3:1, 2, 8).

Si hay un tiempo cuando se combate la verdad revelada y absoluta con verdadera saña, incluso desde las leyes humanas, es hoy. Resistir la verdad es oponernos a Dios. Revolvernos contra la revelación del Hijo de Dios, que manifestó como nadie lo ha hecho ni podrá hacerlo, ser la verdad manifestada en carne; es unirnos a Janes y Jambres, aquellos magos egipcios que según la tradición judía se opusieron a Moisés. El apóstol lo argumenta aquí de forma impecable: Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera estos también se oponen a la verdad… pero no progresarán más, pues su insensatez será manifiesta a todos, como también sucedió con la de aquellos dos. Se refiere a «predicadores» que se meten en las casas y enseñan cosas que nunca alcanzan el nivel de la verdad porque se están oponiendo a ella. Curioso.

Pasan por maestros de la verdad y a la misma vez la resisten ¿Cómo es esto? Tienen apariencia de verdad, lenguaje de verdad, versículos de la Biblia, pero con sus hechos la niegan. Venden una apariencia de verdad, levantan sistemas religiosos, pero niegan su eficacia porque en su corazón la resisten, no están sujetos a la verdad, sino a «su» verdad. Como se dice hoy: «la verdad ha muerto, viva mi verdad». Podemos oponernos a la verdad de diversas formas. Una confrontándola abiertamente, negándola. Pero en otros casos se hace desde una posición sutil, debilitándola mediante argumentos que la deforman y adaptan al nivel humano. Es una verdad agradable al oído según la comezón de oír, es decir, lo que queremos escuchar. Amar a todos, comprender a todos, contentar a todos. Sin embargo, está escrito: el amor se goza de la verdad (1 Co.13:6). Hablar de verdades absolutas se ha convertido en una posición peligrosa por ser acusado de intolerante, alejado del laicismo dominante. Un sincretismo perverso que mezcla todo para diluir la verdad en un océano de ambigüedades, todas respetables, pero falsas.

La respuesta del evangelio nos enseña que la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Jesús es la verdad. El Hijo de Dios la ha dado a conocer. La trajo del cielo en las palabras recibidas del Padre. La transmitió a sus apóstoles, la vivifica el Espíritu Santo y ha quedado recogida en las Sagradas Escrituras. No conformarse a la doctrina de la piedad y la verdad es estar envanecidos. Jesús murió por la verdad. Esteban fue apedreado por defenderla. Y todos los que quieren vivir piadosamente padecerán la persecución de los hombres que detienen con injusticia la verdad.

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