PASCUA – Afrontar la cruz (1)

Tiempo de confusión y tinieblasAFRONTAR LA CRUZ (1)

Virgilio Zaballos

Nota: Aprovechando las fiestas que celebraremos estos días denominadas semana santa, o fiesta de Pascua, os envío tres mensajes sobre los 53 días transcurridos desde que Jesús fue entregado hasta su ascensión y exaltación a la diestra del Padre. Veremos (1) un resumen del último discurso del Maestro a los suyos antes de afrontar la cruz; (2) los días de confusión que le siguieron y que estaban destinados a zarandear a los discípulos; (3) y las dos sorpresas que tenía preparadas el cielo: la resurrección y el derramamiento del Espíritu.

INTRODUCCIÓN

Situémonos. Jesús está a punto de regresar al Padre. Era la víspera de la pascua judía (Pesaj) y se había puesto a cenar con los suyos (Jn.13:1,2), lavó sus pies (Jn.13:5), volvió a la mesa (Jn.13:12), se conmovió en espíritu (13:21), y les dio las últimas instrucciones. Acabó su mensaje con las palabras que veremos inmediatamente (16:33), después oró al Padre delante de ellos (Jn.17). Salieron siendo ya de noche y fueron al otro lado del torrente de Cedrón donde había un huerto en el que se había reunido con sus discípulos en múltiples ocasiones; en ese mismo lugar donde Judas le traicionaría  (Jn.18:1-3).

Antes de la oración sacerdotal del capítulo 17 del evangelio de Juan tenemos el último y extenso discurso de Jesús en los capítulos 13 al 16, que concluye con el texto siguiente:

Texto: Juan, 16:33

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

UN RESUMEN DE LO QUE LES HABÍA HABLADO

Jesús enfatiza a los suyos que les está transmitiendo las palabras que ha recibido del Padre (Jn. 12:47-50) (14:10, 24), lo ha hecho con el propósito de que tengan paz en la unión que mantienen con él. Les afirma que tendrán aflicciones en el mundo, pero quiere que sepan que él lo ha vencido, por tanto, les da la esperanza de poder vivir en victoria en las circunstancias adversas que van a experimentar llevando a cabo su misión.

Veamos ahora una síntesis de las palabras de Jesús en su último mensaje a los discípulos antes de afrontar la cruz.

  1. Un mandamiento: Amaos los unos a los otros (13:34) (15:12)
  2. Regresa al Padre para preparar lugar para nosotros (14:1,2,6)
  3. Vendrá el Consolador que nos guiará a toda verdad, nos recordará sus palabras (14:26), dará testimonio de él y nosotros también con su ayuda (15:26-27). Debían depender del Espíritu Santo al hacerlo (16:12-15).
  4. Debemos permanecer en él para dar fruto (15:4)
  5. Os dejo mi paz (14:27) (16:24)
  6. Os dejo mi gozo (15:11) (17:13)
  7. Que vuestra fe no sucumba en la prueba(16:1-4)

No les habló ni una sola palabra para que formaran una iglesia institucional, una nueva religión, una estructura o un sistema, sino que transmitieran la palabra que él les había dado del Padre y que ahora ellos debían llevar a todas las naciones.

Tenían que anunciar su palabra. Tener amor, gozo y paz. Contar con aflicciones al hacerlo y vivir en este mundo con la esperanza que trasciende los umbrales de esta vida pasajera. Más adelante estarían con él en la casa del Padre, (donde hay muchas moradas), habiendo acabado su obra en la tierra. Jesús lo hizo (Jn. 17:4). Pablo también (Hch.20:24) (2 Tim. 4:7,8). Ahora nos toca a nosotros servirle en nuestra generación anunciando su palabra (Hch.1:8).

DEBEMOS COMPARTIR LA PALABRA DEL PADRE

Los discípulos habían recibido la palabra que Jesús les había dado del Padre, ahora eran ellos los que tenían que transmitirla al mundo. La palabra que hemos recibido es el evangelio de la gracia de Dios; anunciarlo es la misión de los discípulos del Señor hasta que el venga.

  • Pablo lo hizo ampliamente (Hch.20:24) (2 Tim. 4:7,8)
  • Pedro lo hizo en Jerusalén (Hch.5:19,20) y en casa de Cornelio (Hch. 10:5,6 y 11:12-14)
  • Timoteo debía hacerlo y encargarlo a otros (2 Ti.2:2) (2 Ti.4:1-4) (1 Ti.4:12-16)
  • Tito también con ancianos responsables (Tito 1:9-16) (2:1,5,15) (3:8-9)

Hemos complicado demasiado la obra de Dios. Hemos levantado edificios y estructuras religiosas, pero Jesús dijo: Id por todo el mundo y predicar el evangelio haciendo discípulos y enseñándoles todas las cosas que os he mandado.

Somos portadores de la palabra que debe hacerse viva y eficaz en nuestras vidas, debemos conocerla, vivirla y transmitirla. Tendremos aflicción y oposición, un adversario que intentará impedirlo si puede (Jn. 16:1-4), pero contamos con el Espíritu de verdad que nos recordará, nos guiará y ampliará mucho más de lo que entendemos ahora (Jn.16:12-15), dando testimonio juntamente con nosotros (Jn. 15:26-27).

Si descuidamos la palabra perdemos el sabor y la misión.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Continuará…

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