INGRATITUD – Idolatría y juicio (9)
Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, de igual modo también los hombres… cometiendo hechos vergonzosos… y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío (Romanos 1:26,27).
Segunda «entrega». Una vez que el cuerpo es deshonrado y la mentira se apodera del relato cotidiano en la sociedad, la siguiente entrega que libera el juicio es una vida sexual vergonzosa y contra la naturaleza en la que ha sido creada. Este texto expresa claramente que el lesbianismo y la homosexualidad no son producto de una inclinación original desde el nacimiento de una persona, sino más bien el resultado de una sociedad entregada a la mentira que pretende cambiar la naturaleza de las cosas. Incluyendo la naturaleza humana.
La ideología de género es una aberración bíblica de tal calibre que intenta cambiar la identidad básica de los hombres por cualquier capricho o deseo de la persona. Hay padres que ya están evitando llamar a sus vástagos niño o niña hasta que él o ella decidan qué quiere ser al margen de su biología en la que ha nacido. Lo que no hace mucho parecía ciencia ficción, hoy es normativa legal en muchos países. A ese punto de decadencia moral hemos llegado en nuestra generación.
Como en toda guerra mundial hay víctimas inocentes, un sinfín de personas dañadas por la influencia de lo que se les ha enseñado o inducido a pensar incluso en el mismo colegio donde asisten para recibir una educación que nunca debería ser moral establecida por el Estado y que corresponde a los padres. Víctimas en muchos casos de la influencia de corrientes de pensamiento impuestas desde los poderes públicos.
El orden creacional es un hombre y una mujer con la capacidad de procrear hijos y fundar así una familia, célula básica de la sociedad. Pero hoy se pretende imponer una ideología, llamada por el apóstol contra natura, que potencia las relaciones homosexuales como paradigma de una sociedad libre. Cambian la verdad por la mentira. La Escritura los llama hechos vergonzosos, sin embargo, tenemos manifestaciones denominadas del orgullo gay llenando las principales capitales del mundo occidental exponiendo su lascivia y afrenta a quienes pensamos de otro modo, induciendo a nuestros hijos a normalizar un comportamiento que nunca debe ser asumido por coacción y presión social con la aquiescencia de las autoridades. Todo ello extravía a las masas en un desenfreno de disolución y ruptura familiar que atenta contra el bienestar social y la estabilidad de una nación. Su inicio tiene lugar en la ingratitud más elemental contra el Autor de la vida y la familia. Volvamos a la cordura.
Las pasiones más vergonzosas comienzan en un corazón ingrato.