293 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoEventos principales (III) – Restauración de Israel (3) – Salvación

He aquí vienen días, dice YHVH, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey… En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado (Jeremías 23:5,6 y 33:15,16) Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo (Romanos 11:25,26)

La salvación de Israel

La primera fase de la restauración de Israel es regresar a su tierra, donde serán consolados por el Eterno, el Dios de sus padres, para encontrar después la salvación en plenitud. La mente natural maquina con los conceptos, en muchos casos condicionados por la teología predominante, ante expresiones de la Escritura. Queremos saber todos los detalles de la profecía; comprender minuciosamente su desarrollo, y cuando no tenemos luz suficiente elucubramos y especulamos, en algunos casos de manera febril, para llegar a conclusiones de ciencia ficción. Siempre hay quienes levantan declaraciones altisonantes asentadas con absoluta certeza, para quedar más tarde expuestos en su osadía. No es lo que pretendo en este recorrido, sino reseñar lo que está escrito, que siempre sobrepasa nuestro entendimiento. Pero como dijo el apóstol, en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa (Fil.3:16).

Vienen días, dice el profeta, cuando será levantado de la descendencia de David un renuevo justo que reinará como Rey; y prosigue, y en esos días será salvo Judá, e Israel habitará confiado. Salvación y seguridad. El apóstol Pablo añade que será una vez haya entrado la plenitud de los gentiles, y luego todo Israel será salvo. Las profecías que sustentan esta exposición están contextualizadas en los días del nuevo pacto con Israel, cuando el Señor perdonará sus pecados y pondrá un nuevo corazón. Son los días del derramamiento del Espíritu sobre su pueblo, como anunció Joel.

El mismo proceso anuncia Ezequiel. Después de ver el valle de los huesos secos, vio como se llenaban de carne y tendones, para luego recibir el soplo del Espíritu recibiendo nueva vida con la entrada del espíritu en ellos (Ez.37:9,10). También el contexto del capítulo cuatro de Malaquías, donde se anuncia el día del Señor, se dice que en ese día nacerá el Sol de justicia sobre los que temen su nombre, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada (Mal.4:1,2).

Hay salvación para Israel el día de la venida del Mesías. Debemos recordar que el nuevo pacto fue hecho con la casa de Israel. He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá (Jer.31:31). En ese nuevo pacto entró el remanente de judíos que formaron la primera iglesia primitiva. La nación, como tal, se endureció en parte, y la salvación llegó a los gentiles, a todas las naciones, mediante el evangelio. Pero una vez alcanzada la plenitud de los gentiles, llega el tiempo de restaurar la salvación a los herederos de ella. Se reactiva el nuevo pacto. Hay un nuevo corazón para Israel. La ley de Dios estará en sus corazones. Todos le conocerán (Jer.31:34) (Heb.8:11). Pondrá en ellos su Espíritu (Ez.36:25-28) (Ez.11:19,20) (Ez.37:11.14). Perdonará su maldad, y no se acordará más de su pecado (Jer.31:34).

Debemos observar el proceso de restauración. Israel ha regresado a su tierra, −primera parte de lo anunciado por los profetas−, dando inicio a los tiempos de su restauración. Junto con ella llega la plenitud de los gentiles activándose nuevas fases del proceso. Ya tenemos un remanente de judíos renacidos en la tierra de Israel. Nunca antes desde el primer siglo hubo una congregación de judíos mesiánicos tan amplia en Israel. Las congregaciones han experimentado un crecimiento muy notorio. Muchos han reconocido al Mesías sin dejar de ser judíos. Ahora son una señal profética de que los tiempos se han acortado y vivimos cerca de nuevas fases de la restauración de Israel que conduce a la venida del Rey de los judíos a Sion.

Regresan a su tierra y a su Dios. Reconocen a aquel que fue desechado, según el misterio que los endureció en parte, en palabras del apóstol Pablo. Dios no ha dejado a su pueblo, al cual desde antes conoció.

La Teología del Reemplazo ha fracasado. La profecía se ha activado nuevamente para dar a luz el plan de Dios concebido desde el principio. El Cuerpo del Mesías en las naciones debe reconocerlo y alinearse con él. Formamos parte de él. Israel necesita nuestras oraciones y apoyo. La iglesia necesita la restauración de Israel. El devenir de los tiempos finales depende de la complementación de cada uno de los sucesos que tenemos delante. Hagamos nuestra parte. Demos a conocer lo que está escrito. En palabras de Jeremías suena así: Y volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en el monte de Efraín y en Galaad se saciará su alma. En aquellos días y en aquel tiempo, dice YHVH, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado (Jer.50:19,20). Es otra forma de anunciar la salvación de Israel en los días finales como parte de su restauración.

Algunos estudiosos de la Biblia ya anticiparon hace más de cien años la literalidad de las profecías bíblicas respecto a la restauración de Israel. (La iglesia las ha interpretado mayoritariamente de forma alegórica). Uno de ellos fue el profesor SW Waltson, que en 1888 enseñó sobre tres cosas que deben ocurrir antes de que Cristo pueda regresar: 1) Israel sería nuevamente una nación en su tierra. 2) Jerusalén deberá estar bajo control de los judíos, y 3) los judíos regresarán de todas las naciones a la Tierra Prometida.

Hoy asistimos estupefactos, incrédulos y obstinados en conceptos preconcebidos ante la realidad de que Israel es una nación en su tierra. Jerusalén es su capital. Estados Unidos así lo reconocerá próximamente, junto con un remanente de otras naciones. Se han cumplido 70 años desde que los judíos regresaron a su tierra para establecerse en ella. Hoy es una nación pequeña pero fuerte en su debilidad, en medio de un mar de naciones musulmanas que pretenden destruirla. Pero el Fuerte de Jacob se ha levantado para dar cumplimiento a la palabra que ha salido de su boca. Israel vive rodeado de millones de fanatizados islamistas salafistas dispuestos a su destrucción. Las naciones del mundo (la ONU) y los medios de comunicación intoxican con mentiras para impedir su levantamiento. La iglesia del Señor debe clamar ante el trono de la gracia por su restauración.

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