29 – LA LUCHA INTERIOR – El profeta Ezequiel sobre Edom (5)

Lucha interiorEl profeta Ezequiel sobre Edom (V)

Entonces sabrás que yo, el Señor, he oído todas las injurias que has hablado contra los montes de Israel, diciendo: Están desolados; nos han sido dados para alimento  (Ezequiel 35:12 LBLA).

La voz del profeta es un recuerdo a los hombres de que Dios oye sus palabras y responde a su soberbia. La naturaleza injuriosa del reino de Edom es una analogía para nosotros de la vida del hombre carnal. Sus palabras ofensivas contra Israel se refrendan en la oposición que ejerce el hombre caído a la voluntad de Dios.

Esaú quiso sacar provecho del juicio de Dios sobre Israel y Judá, llevados al cautiverio por Asiria y Babilonia, anexionándose su tierra para alimento y engorde de su codicia. Así es la naturaleza del mal en el corazón del hombre no regenerado. Injuriar es agraviar o dañar a otro. Hacerlo cuando está en su máxima debilidad demuestra una cobardía y miseria propia de la maldad.

Israel ha vivido una diáspora de 1800 años desde que fue destruida en el año 70 d.C. y poco más tarde en el 132 d.C. a manos del emperador Adriano. Esa destrucción anunciada por el mismo Jesús (Mt. 24:2) no sería definitiva, sino que vendría el tiempo de su restauración, el rebrotar de la higuera, también anunciado por el Maestro de Nazaret (Lc. 21:29,30). Sin embargo, las naciones se apoderaron de la tierra de Israel aprovechando su dispersión y persiguiéndola en las naciones donde se establecían.

En el año 1948, después de un proceso gradual, los judíos rebrotaron en su tierra como nación, y a partir de ese momento el conflicto ha sido imparable y se ha extendido de tal forma que parece afectar a la estabilidad mundial. La misma naturaleza de Esaú/Edom reaparece en la historia de Israel una y otra vez. De la misma forma que la lucha entre la carne y el Espíritu está presente de forma indefinida en el interior del cristiano.

También hoy, como ayer, Dios oye todas las palabras injuriosas que se lanzan sobre Israel y la iglesia. Es más, el Señor ve en esas palabras un mensaje lanzado contra Él mismo. Con arrogancia habéis hablado contra mí y habéis multiplicado vuestras palabras contra mí; yo lo he oído (Ez. 35:13). Y emite su veredicto: Así dice el Señor Dios: Para alegría de toda la tierra, yo haré de ti [Edom] una desolación (Ez.35:14). Los enemigos de Israel quedarán asolados, y aquellos que se deleitan en las obras de la carne no pueden heredar el reino de Dios. Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel porque fue asolada, así te haré yo a ti. Serás una desolación… y sabrán que yo soy el Señor (Ez. 35:15).

         La injuria contra Israel y la iglesia es una ofensa a Dios.

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