Los profetas de Israel (XCVI) – Hageo (3)
Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra; y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano. En aquel día… (Hageo 2:21-23)
Temblar, trastornar, destruir. Temblores en los cielos y la tierra. ¿Cómo podemos interpretarlo? Parece como si las fuerzas de la naturaleza se rebelaran contra la maldad de los hombres, que han detenido con injusticia la verdad. Parece también los gemidos y dolores de parto de la creación por su redención y liberación (Ro.8:20-23). Me recuerdan las palabras de Jesús cuando dijo: habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra (Lc.21:25,26). Me recuerdan los días que estamos viviendo con todas sus convulsiones de distinta índole.
Y sigue el profeta. Los reinos de este mundo trastornados y su fuerza destruida. Recuerdo aquí las palabras del apóstol Juan en la voz de la trompeta del séptimo ángel: Hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos (Ap. 11:15) (Heb.12:26,27).
La soberbia de las naciones y sus gobernantes, que durante tanto tiempo han ejercido potestad sobre ellas, enseñoreándose más allá de la autoridad delegada recibida, son reducidas a su verdadera pequeñez; como dijo Isaías: He aquí las naciones le son como la gota de agua que cae en el cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas… como nada son todas las naciones delante de él (Is.40:15,17). La soberbia las confunde. Y siempre enemigas de Israel, la niña de sus ojos. Porque las naciones han maltratado a Israel «mi primogénito», y como hijos de Faraón serán heridas.
Todo su poderío en el que se apoyan para promover un gobierno mundial, ejercer dominio sobre los hombres y mujeres creados a semejanza de Dios; toda su naturaleza babilónica, hechicera, ocultista, codiciosa e inicua, llena de maldad y arrogancia será reducida a polvo; sus armas: carros, jinetes, caballos, espadas, se volverán contra sí mismos.
El antisemitismo que ha alimentado el odio irracional hacia Israel será diluido en aquel día. Hageo lo hace saber a Zorobabel, antepasado del Mesías, de la casa de David, a quien esperamos para que establezca su reino mesiánico, derrotados todos sus enemigos. Amén.
Los temblores y trastornos darán lugar a una era de paz y bienestar.