Dios hizo al hombre recto
He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones (Eclesiastés 7:29 RV60).
Mira, sólo esto he hallado: que Dios hizo rectos a los hombres, pero ellos se buscaron muchas artimañas (Eclesiastés 7:29 LBLA).
Al libro de Eclesiastés se le ha denominado el libro de filosofía bíblica. El predicador hace una serie de preguntas a lo largo de su discurso, −como toda filosofía−, y no encuentra respuesta satisfactoria a ninguna de ellas −como cualquier manual filosófico al uso− aunque al final de su discurso parece llegar a una conclusión lógica: «La conclusión, cuando todo se ha oído, es ésta: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto concierne a toda persona. Porque Dios traerá toda obra a juicio, junto con todo lo oculto, sea bueno o sea malo».
El contexto del versículo con el que hemos comenzado esta serie está enmarcado en la búsqueda. Todo el libro de Eclesiastés es una búsqueda del sentido de la existencia humana. En los versículos anteriores al citado las preguntas formuladas tienen que ver con buscar una mujer decente y no encontrarla −muy políticamente incorrecto en los tiempos que corren−. «He hallado a un hombre entre mil, pero mujer entre todas éstas no he hallado». Sin embargo, sí halló que Dios hizo al hombre recto pero él mismo se buscó muchas perversiones y artimañas.
Es decir, el hombre fue creado con un carácter moral a la semejanza de Dios. Dios es justo. El hombre fue creado recto, justo. De la misma forma podríamos concluir que muchos de los aspectos del carácter de Dios fueron dados al hombre en su creación: amor, justicia, verdad, fidelidad. Sin embargo, el hombre, los hombres, se buscaron muchas perversiones. Aquí tenemos el inicio del mal en la creación de Dios. El pecado entró en el mundo por un hombre, diría más tarde el apóstol Pablo (Rom. 5:12).
No voy a especular sobre el origen del mal, doy por hecho que tuvo su inicio en la tierra mediante la voluntad del hombre. El por qué fue creado el ser humano con capacidad de caer en pecado, siendo que Dios ya lo sabía y lo permitió, y muchas otras preguntas que se suscitan que no tienen respuesta clara en las Escrituras, las dejo para los filósofos, teólogos y discutidores de este mundo. Lo que podemos asegurar es que Dios creó al hombre bueno, con una naturaleza recta y justa, lo vistió de su gloria y le dio su carácter. Sin embargo, la voluntad libre del hombre permitió que escogiera muchas perversiones o artimañas.
La naturaleza del hombre antes de la caída era recta y justa.