247 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoEn los Hechos (I) – Después de la resurrección

… Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios (Hechos 1:3)

         Hagamos ahora una parada breve en el libro de los Hechos de los apóstoles y veamos cómo está presente el tema del reino desde el principio. Jesús fue crucificado y murió en Jerusalén; fue sepultado y resucitó en la misma ciudad, sacando a luz la vida y la inmortalidad. Después de resucitar y hasta su ascensión pasaron cuarenta días. Durante ese tiempo el Maestro tuvo varios encuentros con sus discípulos, aún dubitativos y perplejos ante los sucesos que habían tenido lugar en Jerusalén, y de los que todavía no se habían recuperado.

Comió con ellos, les mostró su rostro humano con las marcas de los clavos en sus manos y pies, pero a la vez su cuerpo no estaba sujeto a las limitaciones de un cuerpo de muerte. La muerte había sido vencida y ésta ya no tenía poder sobre él. Su aspecto era parecido al de antes de morir y resucitar, y a la vez distinto puesto que les costaba reconocerlo a quienes habían estado con él durante más de tres años.

En esos cuarenta días Jesús habló sobre todo del reino. Y lo hizo, seguramente, como aparece en el mensaje de los profetas de Israel. Habló del reino en Jerusalén que se extendería sobre todas las naciones. Del trono levantado en la ciudad del gran Rey. Del pacto que Dios hizo con David para poner a uno de sus descendientes como rey justo sobre todas las naciones. De tal forma que los discípulos preguntaron si semejante acontecimiento tendría lugar inmediatamente. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Hch.1:6). La respuesta de Jesús pone de manifiesto que aún no era el momento; no dijo que el reino no sería restaurado a Israel, sino que sería restaurado pero aún no.

Ahora tocaba ser testigos del reino en los corazones de los hombres para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el reino mesiánico. El mensaje debía salir de Jerusalén a todos los pueblos, en Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra en el poder del Espíritu Santo. Por tanto, el Maestro que enseñó durante cuarenta días a los suyos acerca del reino, dejaba ver que habría de venir un día para la restauración del gobierno mesiánico en la tierra desde la ciudad de Jerusalén. Esta ciudad es el centro de operaciones proféticas para liberar el anunciado plan de Dios. Lo será cuando retorne el rey.

         La resurrección de Jesús está unida al establecimiento del reino de Dios en la tierra, pero antes debe ser anunciado el evangelio a toda nación.

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