Las naciones se han hundido en el foso que hicieron… todas las naciones que se olvidan de Dios… sean juzgadas las naciones delante de ti… aprendan las naciones que no son sino hombres (Salmos 9:15, 17, 19,20).
Las naciones se hunden porque ignoran a Dios y sus palabras, por tanto, son juzgadas para que aprendan que no son dioses, sino solamente hombres. El salmista nos recuerda cuatro verbos que todo gobernante debería aprender a conjugar debidamente: hundir, olvidar, juzgar y aprender. Si comenzamos por el último y los conjugamos bien, podríamos decir lo siguiente: aprender que hay juicio para nuestras acciones, nos ayudará a no olvidar que podemos caer hundidos en el foso. Muchas de las crisis que nosotros mismos fabricamos suelen ser consecuencia de ignorar el temor de Dios, principio de la sabiduría.
Padre, bendecimos a Israel como nación, la restauración en su tierra y a su Dios, y que en ella la nuestra alcance tu beneplácito, en el nombre de Jesús.