1 – DESPUÉS DE LA CAÍDA – A modo de introducción

¿Qué  es el hombre?

Serie – 5 

“Después de la caída”

 

ÍNDICE:

  1. A modo de introducción
  2. La entrada del pecado en el mundo
  3. El dominio del pecado
  4. El desarrollo y progresión del pecado
  5. El pecado se repite en los hijos
  6. Los hijos a imagen y semejanza de los padres
  7. El pecado limita la vida del hombre
  8. El pecado del hombre trae peso y tristeza a Dios
  9. El pecado del hombre atrae el juicio de Dios
  10. Donde abunda el pecado sobreabunda la gracia
  11. Una generación corrupta no impide andar con Dios
  12. El pecado corrompe la tierra y la llena de violencia
  13. La corrupción no pasa desapercibida en el cielo
  14. La corrupción activa el juicio de Dios
  15. La paciencia de Dios duró cien años

Nota: En esta serie he usado la versión de la Biblia de las Américas (LBLA).

 

Después de la caídaA modo de introducción

 … el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo  (Génesis 4:7)

Una nueva naturaleza pecaminosa vino a formar parte del ser humano produciendo una alteración dramática en su devenir vital. El pecado no es solo hacer cosas malas, es un poder dominante. Hacer lo malo es la consecuencia de un mal mayor: la naturaleza de pecado. Este término teológico, tan denostado y olvidado en la sociedad postmoderna, irrumpió en el hombre desde el principio. La naturaleza rebelde y soberbia del ángel caído se había trasplantado al mismo corazón del hombre, vino a formar parte intrínseca de su ser. Esa realidad produjo el dominio de Satanás sobre el hombre, y éste participa ahora de su misma naturaleza.

El hombre experimentó una dualidad, una lucha interna que lo mantendrá en esclavitud por cuánto no tiene capacidad para vencer el mal. Una mancha de aceite imparable se ha extendido sobre la naturaleza humana. El hombre ha quedado a merced de un dominio, un poder que le subyuga y le impide hacer lo que desea, lo tiraniza, por cuanto escogió emanciparse del Creador. Una potestad espiritual vino a ocupar el trono de su voluntad. La Biblia lo llama el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que opera en los hijos de desobediencia.

La secuencia bíblica muestra que la concepción del primer hijo vino después de la caída. Adán y Eva habían sido expulsados de Edén. Una naturaleza rebelde y llena de concupiscencia se apoderó de sus deseos. Parece que el apetito sexual de yacer con su mujer cobró una nueva dimensión. La desnudez de la gloria de Dios produjo una mirada distinta que reactivó en ellos el deseo sexual. Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido varón con la ayuda del Señor.

Poco más tarde Eva volvió a quedar embarazada. Después dio a luz a su hermano Abel. La naturaleza de pecado pronto hizo su aparición en el primer hijo matando a su hermano. El pecado estaba a la puerta de sus acciones y lo codiciaba, dice el texto, pero tú debes dominarlo. Caín no pudo y fue vencido por el mal. La naturaleza del homicida (Juan 8:44) produjo en él las obras de su carácter.

El pecado es una naturaleza mala, un cáncer que se extiende rápidamente y lo contamina todo. Lo vemos bien pronto en la manifestación de las obras de Caín, modelo de todos aquellos que eligen matar a sus hermanos. En él descubrimos la naturaleza del diablo que ha venido a matar, robar y destruir.

         La consecuencia de la caída trajo consigo la naturaleza del mal que tomó dominio sobre el hombre de una forma imparable.

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