182 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLos profetas de Israel (LXIX) – Jeremías (7)

He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice YHVH. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:31-33)

         En este texto nos encontramos con un anuncio tremendamente significativo. Se anuncia un nuevo pacto. No como el anterior en el monte Sinaí, que fue invalidado por la infidelidad de la esposa de Adonai. El contrato matrimonial anunciado por Dios a Moisés fue inconsistente puesto que una de las partes lo incumplió. Pero el amor eterno de Dios por su pueblo ―aquí se presenta el Señor como un marido para Israel― estableció que vendría un día cuando un nuevo pacto se establecería con la casa de Israel y Judá.

Este nuevo pacto contiene un aspecto muy relevante, distinto al anterior, y es que mientras antes la ley fue escrita en piedras, ahora lo sería en el corazón, por su Espíritu, dándole una dimensión extraordinaria, de tal manera que «todos me conocerán»; pondrá en ellos el Espíritu de Dios que hará posible andar en sus estatutos, y guardar sus preceptos poniéndolos por obra (Ez.36:26,27).

La ley no se abroga, sino que toma una nueva dimensión en el corazón del pueblo de Dios para sellar en ellos la realidad de propiedad, capacitándoles para andar en ella. Una nueva creación a la que son invitados también los gentiles.

Jesús inauguró ese nuevo pacto (Mt.26:27-29) la noche que fue entregado (1 Co.11:23). Las primicias de este nuevo pacto fueron los judíos. Los gentiles hemos sido injertados en él mediante el Mesías. Luego se extiende a todas las naciones mediante el evangelio, y tendrá una culminación nuevamente centrada en Jerusalén y el pueblo de Israel cuando llegue el reino mesiánico.

El Espíritu será derramado sobre toda carne. Una gran cosecha mediante todos aquellos que invocarán el nombre del Señor, puesto que habrá sido devuelto a los pueblos pureza de labios (Sof.2:9). El día de Pentecostés se inaugura la era del Espíritu. No comienza la iglesia ―Kahal, eklessia, congregación―, que ya existía con Israel; ni la gracia, que está presente desde el principio, manifestada por medio de los profetas y el llamamiento de Israel antes de la ley. El nuevo pacto establece una nueva dimensión en la relación con el Eterno.

         El nuevo pacto ha sido establecido con la casa de Israel y Judá, incluidos los gentiles mediante el Mesías, y el Espíritu derramado como primicia.

Download PDF

Deja un comentario