El reino venidero – 30

El reino venideroEl Mesías recibido (4)

Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?… Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo… Todo el pueblo se bautizaba (Lucas 3:7,18,21)

La predicación de Juan causó un gran impacto en la sociedad judía. Su voz potente y profética irrumpió en la vida cotidiana de aquella generación. El mensaje del precursor del Mesías fue un revulsivo para las multitudes adormecidas por la tradición religiosa que despertó sus conciencias, hiriéndolas en lo más hondo de su ser. Se propagó la necesidad de ser bautizados como iniciación a una vida de purificación. Muchos, −como pasa en todas las multitudes−, lo hacían por interés religioso únicamente, tratando de huir de la ira venidera; otros, de corazón, preguntaron ¿qué haremos? La voz de Juan fue implacable con la muchedumbre reunida, pero también presentó las buenas nuevas al pueblo. En la tradición propia de los profetas de Israel anunció juicio y restauración; la ira de Dios y su misericordia. Al oírlo todo el pueblo se bautizaba. Hoy damos por hecho que las multitudes que levantan la mano en una campaña evangelística como señal de recibimiento de la salvación lo hacen de buena fe y pasan a ser salvos (con todas las matizaciones que queramos), sin embargo, ponemos en duda que estas multitudes fueran sinceras en su mayoría aceptando el tiempo profético que vivían. Hubo quienes rechazaron los designios de Dios respecto a sí mismos, no siendo bautizados por Juan (Lc.7:30), los fariseos y los intérpretes de la ley. Pero todo el pueblo, y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan (7:29). Una vez más vemos que el pueblo mayoritariamente creyó en los designios del Dios de Israel, aunque la mayoría de los responsables religiosos no lo hicieron. Cuando se trata del pueblo judío solemos confundir la parte con el todo. Un sector con la totalidad del pueblo. Lo que viene a confirmar el antisemitismo innato en el alma humana. El paganismo del hombre muerto en sus delitos y pecados rechaza la revelación dada a Israel. Las personas religiosas, atadas a sus tradiciones, doctrinas y teologías de reemplazo siguen viendo una parte de la Escritura sin entender la totalidad del mensaje en toda su amplitud. Así será también en la segunda venida del Mesías. Ciertas doctrinas cerradas impiden comprender los tiempos de la restauración de todas las cosas. Israel ha regresado a su tierra como resultado del cumplimento profético anunciado.

         El impacto de la predicación de Juan sacó al pueblo del letargo en que vivía preparándolo para la salvación que se estaba manifestando.

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