El vestido de lino fino – (1)
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19:8).
La forma en que vestimos determina gran parte de nuestra propia personalidad. Escondemos tras el ropaje que nos cubre la naturaleza que abriga. Son increíbles los cambios que podemos experimentar en nuestro aspecto exterior dependiendo de una forma de vestir u otra. Sin duda, hay un porte y una belleza natural en algunas personas que realza sobremanera cualquier vestido, sin embargo, la mayoría de nosotros podemos ser transformados radicalmente cuando nos vestimos para una boda o alguna ceremonia especial. Luego vemos a esas mismas personas un día cualquiera y quedamos sorprendidos por el cambio realizado. En algunos casos no parece la misma persona. Podemos transformarnos exteriormente de tal manera que incluso haremos dudar de nuestra identidad a quienes nos conocen.
Desde que el hombre y la mujer fueron despojados del vestido de gloria con el que estaban cubiertos antes de la caída se han elaborado todo tipo de diseños para cubrir nuestra desnudez, no solo la física, sino también las intenciones de nuestro corazón tras una fachada de apariencia de piedad. Desde las primeras hojas de higuera construidas por los primeros padres hasta las pasarelas de moda de la actualidad hemos hecho un recorrido ampliamente creativo para cubrirnos haciendo del vestido una prolongación de nuestra propia personalidad. Una parte esencial de nuestro ropaje tiene que ver con la calidad de las telas que se usan para su confección. No soy ni experto en telas, ni vestidos, ni en modas de diseño, en ocasiones tiene que ser mi mujer la que me dirija en esto, incluso en impulsarme para cambiar de ropa porque pocas veces reparo en los cambios que se deben hacer.
La Escritura enseña sobre la calidad de las telas que debían cubrir el vestido de los sumos sacerdotes cuando entraran al lugar santísimo una vez al año ofreciendo la ofrenda por todo el pueblo. El diseño estaba perfectamente indicado en la ley de Moisés. Hay un tejido que destaca sobre todos los demás: el lino fino. El lino impide la sudoración del cuerpo, por lo que el sacerdote debía usar incluso calzoncillos de esa tela para impedirla (Ex.28:42,43). Samuel ministraba al Señor con un efod de lino (1 Sam.2:18). David trajo el arca a Jerusalén vestido de lino fino, también todos los levitas (1 Cr.15:27). La mujer virtuosa de Proverbios se viste de lino fino (Pr.31:22). También la novia del Cordero en Apocalipsis está vestida de lino fino, y se nos dice que ese tipo de vestido son las acciones justas de los santos. Por tanto, nuestras obras determinan nuestro vestido y le dan gloria a Dios.
Nuestra gratitud teje el vestido de lino fino glorificando a Dios.