Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Vuelve, oh Señor, ¿hasta cuándo? Y compadécete de tus siervos. Sácianos por la mañana con tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y a los años que vimos adversidad. Manifiéstese tu obra a tus siervos, y tu majestad a sus hijos, y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de nuestras manos confirma (Salmos 90:12-17).
Este salmo de Moisés es un canto a la eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. A veces nos damos demasiada importancia, hasta que llega un «sabio», un conferenciante de auto-ayuda, según los parámetros de este mundo, y nos dice que no, que no nos tomemos demasiado en serio; la vida es muy breve para malgastarla. Y al oírlo parece que nos han descubierto los oráculos más insondables de la existencia del hombre. Sin embargo, tenemos en las Escrituras la sabiduría que procede de lo alto. Este salmo es una prueba de ello. Un gran sabio de Israel, Moisés, nos dice que oremos al Dios de Israel para que aprendamos a contar nuestros días de tal forma, que traigamos al corazón sabiduría. Otro sabio judío, Saulo de Tarso, nos dijo: aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. ¿Y cómo hacemos esto? Leyendo el texto entendemos que poniendo las cosas en orden. Primero Dios. Buscar al Señor. Su reino y su justicia. Todo lo demás quedará en el lugar apropiado.
Padre, pedimos lo mismo que Moisés. Enséñanos. Compadécete. Sácianos de tu misericordia. Alégranos. Manifiéstate. Sea Tu gracia. Confirma tu obra en nosotros. Amén.
Que el Señor siga Bendiciendo tu vida y siga iluminado tu caminar!!
Muchas gracias por una porción de Pan De Vida.,,,❤️
Gracias Aura, igualmente para ti. Un saludo en Cristo.