262 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoEn Apocalipsis (III) – La ira del Cordero

Y los reyes de la tierra… se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado (Apocalipsis 6:15,16)

         Cuando Juan el Bautista apuntó hacía el Mesías y con voz potente dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Jn.1:29), pronunció un título que luego vemos ampliado en el libro que venimos estudiando con un alcance enorme. El Cordero entregó su vida, fue inmolado y venció, por tanto, se convirtió en León y Rey para gobernar. Ambas manifestaciones del Mesías en sus dos expresiones tienen que ver con su primera y segunda venida.

Vino como Cordero y volverá como León. Es el mismo. El Cordero de Dios regresa con ira para juzgar a todos los reyes de la tierra que han actuado de forma impía, abusando de su autoridad y convirtiéndose en tiranos. Ahora se ha encendido el furor de quien tiene todo el poder en el cielo y en la tierra y está determinado a juzgar con firmeza toda obra de iniquidad. Por ello se esconden los grandes, ricos y poderosos en cuevas y peñas tratando de huir de la ira venidera.

El cielo se desvaneció como un pergamino, y todo monte y toda isla se removió de su lugar (6:14). Estamos ante la remoción de las cosas movibles, para que queden las inconmovibles, es decir, el reino de Dios (Heb. 12:27). Ha llegado el gran día de su ira. El Cordero es también el buen pastor que pastorea a los suyos. Estarán en la presencia del Cordero vestidos de ropas blancas (7:9).

Un gran contraste. Unos huyen de su ira, otros, −los suyos−, son pastoreados en su presencia (7:17). Los que siguen al Cordero por donde quiera que va son redimidos como primicias para Dios y para el Cordero; en sus bocas no fue hallada mentira y son sin mancha delante del trono de Dios (14:4,5). Cantan el cántico de Moisés y el cántico del Cordero (15:3). Tienen un cántico nuevo. Son adoradores. Son los que pelean junto al Cordero contra la gran ramera, Babilonia y la bestia; todos los ejércitos del mal unidos contra el ejército del Cordero y León de la tribu de Judá. El Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles (17:14). Son los que entran a las bodas del Cordero (19:7) para reinar con él para siempre. El Cordero es su lumbrera (21:23), y le servirán por los siglos (22:3-5).

         La ira del Cordero se manifiesta en el reino mesiánico, establece la justicia duradera vence a sus enemigos y reina para siempre con los suyos.

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