122 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLos profetas de Israel (IX) – Oseas (4)

Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío; el florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano… Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid… Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos?… Porque los caminos de YHVH son rectos, y los justos andarán por ellos; más los rebeldes caerán en ellos (Oseas 14:4-9)

         Algunos quieren ver en los profetas de Israel un mensaje duro y justiciero, en contraposición con el mensaje de los apóstoles de gracia y salvación. Es el mismo tipo de lenguaje que domina la teología dispensacionalista haciendo una diferencia entre la Ley y la Gracia como etapas distintas y separadas en el devenir de la revelación de Dios. Pero debo decir que no comparto esa postura.

El Dios de los profetas es el mismo que el de los apóstoles. Dios no cambia. Su mensaje es eterno. Su palabra permanece para siempre en los cielos (Sal.119:89). El mensaje de los profetas y los apóstoles se complementan. La gracia de Dios aparece desde el principio de la revelación. Noé halló gracia. Israel halló gracia. La iglesia halla gracia. Oseas nos dice alrededor del año 759 a.C. que el Señor amará a Israel de pura gracia. Sanará su rebelión. Apartará su ira de ellos. Será como el rocío para Israel. Florecerán como el lirio, y extenderán sus raíces. Todo ello anunciado como un mensaje de restauración después de andar casi dos milenios de cautiverio.

Hoy han regresado a la tierra de su heredad en medio de mucha oposición; pero están floreciendo en la habitación que el Señor les dio en promesa a Abraham y su descendencia. Es un anticipo de lo que ha sido señalado por sus profetas. Todo ello de pura gracia.

Hay todavía rebeldes, pero está anunciado un día cuando Efraín se sienta bajo su sombra; serán vivificados como el trigo; volverán a tener vida y florecerán. Es un anticipo del reino mesiánico. Nunca más se volverán a los ídolos. Comprenderán que los caminos del Señor son rectos y andarán por ellos.

La gracia de Dios se ha derramado para salvación de todos los hombres, también para Israel. No es para el milenio, es para ahora. Su amor es inalterable y eterno. El llamamiento de Dios es irrevocable. Hay esperanza para Israel hoy en su Dios, en la gracia que vino por medio de Jesucristo en una dimensión única y para todas las naciones, porque él estaba lleno de gracia y de verdad. Lo cual no significa que antes no hubiera gracia y misericordia. Si no hubiera sido por sus misericordias hubiéramos perecido.  Este es un mensaje del profeta Jeremías (Lam.3:22,23). Y de Oseas (14:4).

         El mensaje de los profetas es también de pura gracia para Israel.  

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