121 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLos profetas de Israel (VIII) – Oseas (3)

Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a YHVH su Dios, y a David su rey; y temerán a YHVH y a su bondad en el fin de los días (Oseas 3:5)

         Nuestro hombre anuncia un día cuando Israel volverá a su Dios; dice: «después». ¿Después de qué? A este regreso le precede un tiempo cuando el pueblo se entregó a la infidelidad, el adulterio y la fornicación. En este libro es algo más que una analogía, el propio profeta tuvo que casarse con una mujer entregada a la infidelidad conyugal; tuvo hijos de prostitución (2:4), porque su madre se prostituyó; una apelación al pueblo de Israel, el reino del norte.

Oseas anunció el día del juicio con la destrucción del reino del norte; pero luego dice: Después. El amor inalterable de Dios recupera a su esposa infiel con un nuevo corazón entregado a su Hacedor. Ha sido lavada y recuperada. El amor eterno de Dios se ha manifestado de nuevo, y ahora la esposa busca al esposo, y a David su rey; lo hace con un corazón temeroso, no se fía de sí misma; ha sido infiel una vez, se entregó a sus amantes; ahora regresa a la bondad de Dios.

Así lo anuncia el profeta: Venid y volvamos a YHVH; porque él arrebató, y nos curará; hirió y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a YHVH; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra (6:1-3).

Hay un día marcado en la agenda de Dios en favor de su pueblo para vendar sus heridas, darles vida nuevamente, como el mensaje de Ezequiel en medio del valle de los huesos secos recuperando la vida del Espíritu. Hay una resurrección anunciada para Israel saliendo de sus sepulcros (Ez. 37:12). Israel recobra la vida de Dios para vivir delante de Él. Conocerá a su Dios en una intimidad que nunca antes ha disfrutado. Será como el alba, como la lluvia que riega la tierra. Metáforas que anuncian un día glorioso y único. El día del Señor. Cuando viene para reinar en Jerusalén.

Será después de un largo cautiverio entre las naciones donde fue esparcido. Después del juicio sobre el reino del norte expresado con un lenguaje durísimo: los tomé aversión… no los amaré más… aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre. Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones  (9:15-17); se anuncia la compasión del Señor. Su amor (11:1). Los atrae hacía sí (11:4). Se inflamó su compasión (11:8). No ejecutó el ardor de su ira (11:9). Acudirán velozmente de Egipto y Asiria para habitar en su tierra (11:11). Y añade…

          Después del juicio del Señor sobre su pueblo volverán a buscarle con un corazón arrepentido y nuevo por la bondad mostrada de pura gracia.

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