46 – LA LUCHA INTERIOR – Obedecer es mejor que los sacrificios

Lucha interiorObedecer es mejor que los sacrificios

Y Samuel dijo: ¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros  (1 Samuel 15:22).

El hombre natural y religioso está dispuesto a hacer esfuerzos y sacrificios. Un evangelio de obras parece motivar más porque apela a nuestra justicia propia, a nuestra participación en la salvación. También es más fácil de comprender y asimilar. Todas las religiones tienen una carga inmensa de obras para tratar de conseguir los beneficios de la divinidad. Muchos están bien dispuestos a realizar sacrificios costosos por el favor divino.

La disciplina personal tiene cierta reputación ante los hombres. Por ello, la mayoría de las personas preguntan qué cosas permite «tu religión» y cuáles prohíbe. Concebimos el sentimiento religioso alrededor de «hacer» o «no hacer». Sin embargo, el evangelio de la gracia de Dios está diseñado para sacarnos de la idolatría y obedecer. Elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo… (1 Pedro 1:1,2). Nos convertimos de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero (1 Tes. 1:9).

Naamán, el sirio, estuvo dispuesto a hacer grandes sacrificios si lo hubiera propuesto el profeta Eliseo, pero consideró una humillación bajar al sucio rio Jordán y zambullirse siete veces para quedar libre de la lepra que le dominaba. Saúl pensó que incumplir el mandato de Dios guardando los animales de Amalec para ofrecerlos en holocausto «al Señor», era mejor que obedecer la voz de Dios. El profeta Samuel declaró la sentencia que resuena aún hoy en nuestros oídos: «obedecer es mejor que los sacrificios».

Como cristianos, fracasamos muchas veces en nuestra lucha contra «el pecado que mora en mí», tratando de combatirlo con disciplinas apoyadas en una gran fuerza de voluntad, en lugar de venir a la cruz del calvario y morir con Cristo a nuestras pasiones y deseos. Pablo dijo: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20).

En cierta ocasión le preguntaron a Jesús: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? … Les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado (Jn.6:28-29).

         Obedecer es mejor que los sacrificios, y prestar atención a la voz de Dios más trascendente que muchas obras de justicia propia.

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