Los profetas de Israel (XXXVI) – Isaías (22)
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley (Isaías 42:1-4)
El título «siervo de YHVH» aparece múltiples ocasiones en el libro de Isaías. Unas veces se refiere al propio profeta (20:3); otras a Israel (41:8); y en otras al Mesías. Generalmente se intercambia este término para identificar a Israel o el Mesías. Debemos saber en cada caso a quien se refiere, de lo contrario interpretaremos de forma errónea el texto y su mensaje. Hay ocasiones en las que no hay duda a quien se refiere, pero en otras entran en juego intereses teológicos que conducen su interpretación de forma caprichosa para inducir sus resultados. En nuestro texto es evidente que se refiere al Mesías.
El siervo del Señor está lleno del Espíritu; lo vemos en la sinagoga de Capernaún al inicio de su ministerio. Reposará sobre la vara del tronco de Isaí el Espíritu de YHVH, una indicación clara del Mesías (Is.11:1). Traerá justicia a las naciones (42:1). No solo en forma de justicia social, sino de la justicia de Dios, por la cual somos justificados. Porque ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo; para todos los que creen en él (Rom.3:21,22). Como dice otro profeta: mas el justo por su fe vivirá (Hab.2:4). Por tanto, justiciados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio del Mesías (Rom. 5:1).
Este siervo no se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia (42:3). Aquí tenemos la justicia social en la tierra. El siervo de YHVH es puesto por pacto al pueblo, y por luz de las naciones (42:6). Israel también ha recibido el llamado de Dios para ser luz a las naciones (Is.49:6). Como lo ha sido la iglesia del Señor (Mt.5:14). Pero la luz del mundo, verdaderamente, es el Mesías y Siervo de YHVH (Jn. 8:12) (Lc.2:32) (Hch.26:23).
Él es quien abre los ojos de los ciegos y saca de la cárcel a los presos y los que moran en tinieblas (42:7). Sale como gigante y hombre de guerra (42:13); guía a los ciegos por camino que no sabían, les hace andar por sendas que no habían conocido; y cambia las tinieblas en luz (42:16). Estamos ante el verdadero Siervo de YHVH, el Mesías de Israel que vino y vendrá.
El Siervo del YHVH es el Mesías, luz del mundo para que no andemos en tinieblas, sino que tengamos la luz de la vida.