125 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLos profetas de Israel (XII) – Miqueas (3)

En aquel día, dice YHVH, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y YHVH reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre… Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti… Levántate y trilla, hija de Sion… desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a YHVH su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra (Miqueas 4:6-8,11,13)

         Hay un día señalado por Dios para la redención del alma afligida. Un día cuando en lugar de luto se les dé óleo de alegría; en lugar de ceniza se les dé gloria (Is.61:3). Es el día cuando aparecerá el Príncipe de los pastores para dar la corona incorruptible de gloria a los suyos (1 P.5:4). Esto es justo delante del Señor. Viene para pastorear a la coja y descarriada, la débil y enferma para librarlas de aquellos que se habían enseñoreado de ellas con dureza y violencia. Anduvieron errantes y dispersas; fueron esparcidas, pero ahora: He aquí, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré… las sacaré de los pueblos… las atraeré a su propia tierra… y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David… y estableceré con ellos pacto de paz… y habitarán… con seguridad (Ez.34:4-25).

Dirá el débil; fuerte soy. Los mansos heredarán la tierra; los que tienen hambre y sed de justicia, serán saciados. Es el pueblo redimido que se encuentra con su Señor. Un mismo mensaje para Israel y la iglesia. Una misma restauración para quienes son su pueblo y aquellos que fuimos injertados en los pactos y las promesas dadas a Abraham y su simiente. Y reinará sobre ellos en el monte de Sion.

Pero antes hay días de turbulencia. Hay persecución y oprobio. Una cruz antes de las glorias que le siguen. Así fue para el Mesías y lo será para todos aquellos que aman su venida. Porque se han juntado las naciones, muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion (4:11).

Las acusaciones se multiplican en los últimos días sobre Israel y Jerusalén. La persecución es una constante en los días antes de su venida. Lo hacen porque no conocen los pensamientos de YHVH, no hay revelación, ni entienden; por lo cual los juntó como gavillas en la era (4:12), y puso en manos de su pueblo el levantarse y resplandecer para desmenuzar a muchos pueblos, y consagrar al Señor su botín y sus riquezas al Señor de toda la tierra (4:13). Estamos ante la victoria final de los hijos de Dios. En parte y solo en parte podemos vivirlo hoy, pero la victoria final está en las manos de aquel que viene a reinar.

         Hay todo un proceso de restauración establecido por Dios para sanar al pueblo afligido y llevarle a la victoria final y definitiva en su venida.

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