4 – LA REDENCIÓN – El pecado nos coloca bajo el juicio de Dios

La locura de la cruzEl pecado nos coloca bajo el juicio de Dios

Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican tales cosas  (Romanos 2:2 LBLA)

En el capítulo uno de Romanos Pablo hace una lista exhaustiva de la manera de proceder de los hombres alejados del temor de Dios. Por cambiar la gloria de Dios en una imagen de hombre corruptible, Dios los entregó a la impureza en la lujurias de sus corazones. Por haber cambiado la verdad por la mentira y adorar a las criaturas en lugar de al Creador, Dios los entregó a pasiones degradantes. Y por no haber tenido en cuenta a Dios, sino que escogieron vivir a espaldas de sus mandamientos, ignorando la revelación de Dios en la naturaleza y en su propia conciencia, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran cosas que no convienen.

Las consecuencias de estas múltiples «entregas» —Dios los entregó aparece en el texto hasta tres veces— fue una forma de vida impía que atrajo el juicio justo de Dios. El hombre escogió practicar toda la lista de manifestaciones pecaminosas que aparecen en Romanos 1:29-32. Las hacen y dan su aprobación a los que las practican. Esas prácticas son dignas de muerte. Repito, atraen el juicio de Dios.

La exposición del apóstol en los primeros capítulos de su epístola a los Romanos no es gratuita, ni para recrearse en la maldad del hombre, sino para ponerlo como base de la grandeza del mensaje del evangelio que está predicando. Sin el pecado del hombre no hay ira de Dios, ni tampoco puede haber juicio, por tanto, no se necesita redención.

Pablo predica a Cristo y este crucificado. La locura de la cruz es que siendo pecadores, Cristo murió por nosotros. El glorioso mensaje del evangelio es que la justicia de Dios se ha revelado por la fe en Jesucristo, pero sin acentuar antes el pecado, la ira y el juicio, no tiene sentido hablar de la manifestación de la justicia de Dios a través de la redención en Jesús.

Por tanto, toda predicación del evangelio que no contiene el pecado del hombre, la ira y el juicio justo de Dios por la maldad, no es evangelio, no hay buena noticia porque no hay o no es necesaria la redención. Podemos sobrevivir con un mensaje agradable que nos de algunas pautas de comportamiento ético, o hacer buenas obras que nos deje participar en la solución, y por las cuales podamos gloriarnos de la capacidad y potencialidad humana para solucionar nuestros propios problemas. Muy propio del hombre caído, pero insuficiente para la redención que necesitamos.

         El juicio de Dios sobre la naturaleza de pecado es justo porque hemos practicado todo tipo de perversiones y necesitamos una redención completa.

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