Los profetas de Israel (XCIX) – Zacarías (3)
He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de YHVH. Él edificará el templo de YHVH, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos… Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de YHVH… Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de YHVH vuestro Dios (Zacarías 6:12-15)
Si antes ha enfatizado el profeta la preferencia del Señor por la ciudad de Jerusalén, ahora nos encontramos la figura del Renuevo (lo hemos visto en otros profetas también) y la centralidad del templo que será construido por el mismo Renuevo, una figura inequívoca del Mesías.
En este pasaje se habla simbólicamente de Josué, sumo sacerdote de la época de Zacarías, como una proyección del Mesías venidero para construir el templo en la era mesiánica. En la época de Zacarías el templo ya se había construido; ahora la profecía anticipa una era futura y gloriosa que supera a la actual. Antes aparece el Renuevo en su primera venida para quitar el pecado de la tierra en un día (3:8,9). Referencia clara a la redención que fue consumada por Jesús, el Hijo del Hombre.
Estamos ante uno de los textos más extraordinarios de la obra redentora y mesiánica de Rey de Israel. La traducción que hace el Tárgum, que viene a ser la traducción y paráfrasis en lengua aramea, del versículo 12 es la siguiente: He aquí el Varón cuyo nombre es Mesías, el que ha de ser revelado. La complejidad y controversia sobre la construcción del templo (no el de Zorobabel, sino el de la era mesiánica) tiene aquí una referencia clara sobre el hecho de que será construido por el Mesías, con ayuda de los que están lejos que vendrán y ayudarán en su construcción; creemos que es una referencia a la ayuda de las naciones gentiles en su construcción.
El mismo Mesías llevará su gloria, sentándose y dominando desde su trono, en un ministerio múltiple de sumo sacerdote, Rey y profeta. La paz será una realidad mundial, como fue anunciada por otros profetas también (Is.2:1-4) (Miq.4:1-3). Todo este proceso de restauración final en el reino mesiánico está condicionado a la obediencia, como enseña la Escritura en todo lugar: Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de YHVH vuestro Dios. Creemos que hay aquí un reconocimiento implícito de la identidad del Mesías por parte de Israel como nación. La revelación del nuevo pacto, con el derramamiento del Espíritu Santo para invocarle y guardar su palabra, parece asegurar su salvación.
Una vez restaurada Jerusalén como capital de Israel, regresará el Renuevo para construir el templo con ayuda gentil en la era mesiánica.