Hombres impíos – Diversidad y consecuencias (5)
Estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas […] y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él (Judas 1:13-15)
La Escritura no deja lugar a dudas: hay hombres perversos y malos. Impíos que producen daño en el mundo. Causan perjuicio al justo que levanta un clamor delante del Señor por justicia. Serán juzgados, pero antes habrán producido mucho mal. Y ese mal levanta un interrogante ante el Señor: ¿Por qué? A veces la vida parece favorecer a estos impíos de tal forma que hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos (Eclesiastés 8:14). Fue también la queja que casi hizo deslizar al salmista. En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos (Salmos 73:2,3). Finalmente entró en el santuario y comprendió el fin de ellos (Salmos 73:16,17).
Hay un final trágico para los impíos: Está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. Dice el salmista: Cuando brotan los impíos como la hierba, y florecen todos los que hacen iniquidad, es para ser destruidos eternamente (Salmos 92:7). Hay un tiempo cuando los impíos gozan y se vanaglorian todos los que hacen iniquidad (Salmos 94:3,4). Su aparente impunidad pone a prueba a quienes andan en integridad. Cuando prevalece la injusticia en los pueblos el justo se pregunta para qué sirve guardar la ley de Dios. Fue el caso del sufrimiento de Job, pero sabemos que el Señor es muy misericordioso y compasivo (Santiago 5:11).
En días del profeta Malaquías también fueron puestos a prueba por esta cuestión: Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de YHVH de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon… YHVH escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria… para los que temen a YHVH, y para los que piensan en su nombre. Y serán mi especial tesoro… y los perdonaré… Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve (Malaquías 3:13-18). Veremos en las próximas meditaciones una lista de quienes persisten en pecar y son desechados; impíos, hijos de condenación.
Hay una diversidad manifiesta de hombres impíos que sufrirán las consecuencias de la dureza de sus corazones no arrepentidos.