Unas palabras finales – Orando con el salmista

Orando con el salmista - PortadaUNAS PALABRAS FINALES…

Debo decir, al concluir este libro, que para mí ha sido, y es, un gran deleite meditar y orar estos textos eternos del libro de Salmos. Siempre he tenido el hábito de llevar un libro conmigo donde quiera que vaya. Un libro te acompaña en los momentos cuando teniendo que esperar una cola en cualquiera de los muchos lugares donde tenemos que esperar, te sirve de compañía para aprovechar el tiempo. También es una forma de ocupar la mente con la palabra viviente durante los tiempos «muertos», −tantos en algunos casos− y regresar a la meditación del texto escogido. El mismo salmista nos dice: y en su ley medita de día y de noche. Deberíamos recuperar la disciplina de la meditación en la palabra de Dios. En unos tiempos cuando estamos siendo bombardeados continuamente con información de todo tipo, que ocupa y preocupa nuestro bienestar, volvernos al remanso de la meditación en el trajín y bullicio de las grandes ciudades, donde vivimos la mayoría de nosotros, se puede convertir en una forma de no ser anegados y devorados por el desenfreno que nos rodea.

         Además, la mayoría de los textos escogidos son oraciones que expresan el clamor del alma a Dios. Creo que estamos en un momento cuando nuestro clamor debe ser incesante. Con esto, lo que quiero decirte, amado lector, es que puedes tener un ejemplar de este libro contigo para que te acompañe a lo largo del día, y en los pequeños momentos de quietud que te permita la actividad que desarrollas, puedas pararte y leer, parar unos instantes y meditar, aquietar tu alma y orar. Elevar tu oración en cualquier momento y lugar. Tener como hábito orar por Israel y tu país. No solo devorar información crítica y hablar en la misma dirección, si no huir de los patrones impuestos con tiranía, rebelarte a ser llevado y zarandeado por la corriente ocupando tu lugar contracorriente. Creo que esta guía de meditación y oración puede ser un buen compañero de viaje en esos momentos de osadía y determinación cuando alzas tu voz al cielo.

         La sociedad en la que vivimos nos ha impuesto un modelo de pensamiento superficial, vano, vulgar y dirigido por un materialismo desequilibrado, por tanto, al lado de, −o dentro de−, nuestros artilugios electrónicos, podemos incluir un ejemplar de este libro y orar, meditar, parar, reflexionar, elevar nuestro pensamiento, transportarnos más allá de la inmediatez, y como dijo el mismo salmista, alzar nuestros ojos al trono de Dios, más allá del sol, vivir con la consciencia de Dios, como dijo Elías: vive el Eterno, en cuya presencia estoy…

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