EL PECADO DE NUESTRA GENERACIÓN (Primera parte)
Virgilio Zaballos
Texto: 2 Timoteo, 3:1-2
“También debes saber esto que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión”. (2 Timoteo, 3:1,2 Biblia DHH
A. LO QUE IDENTIFICA A NUESTRA GENERACIÓN
Amadores de sí mismos (la idolatría del egoísmo)
Individualismo (la idolatría del humanismo, centrados en sí mismos)
Hedonismo y Narcisismo (la idolatría del placer)
La realización personal (la idolatría del yo: sueños, proyectos, realización)
Relativismo moral (la idolatría de la tolerancia y la permisividad)
La avaricia (la idolatría del dinero, amor al dinero y el consumo)
La desobediencia a los padres, a la autoridad (idolatría de la rebeldía)
La idolatría nos ha invadido, no es nada nuevo.
La iglesia está llena de muchos de estos ídolos
Nota en el periódico el 28/11/2010
“El último informe Jóvenes Españoles de la Fundación SM arroja una imagen que da pena mirar. Según esa encuesta, los jóvenes españoles son mayoritariamente egoístas, materialistas, individualistas y carecen de cualquier esperanza de futuro. O sea, los rasgos que suelen definir la caricatura del anciano… Occidente se ha convertido en un sistema de egoísmos y de narcisismos, que fundamenta la libertad en el bienestar individual y en la ausencia de obligaciones… Solo volcándose hacia el exterior, hacia fuera de sí, se puede romper el hechizo de Narciso”
Ejemplo en el Libro de Jueces y el liderazgo piramidal (Jue. 21:25).
“Cada uno hacía lo que bien le parecía”. Luego vino el modelo monárquico y tampoco fue la solución (duró 370 años en el reino del norte y 510 en el reino del Sur, después el cautiverio y nunca más Israel tuvo modelo monárquico). Hoy está de moda el modelo de liderazgo piramidal, este modelo, salvo honrosas excepciones, ha dado lugar a la tiranía, el dominio de la grey de Dios y la idolatría del ministerio, el clericalismo, es el mismo modelo de la iglesia romana pero transmitido a las iglesias locales.
Nuestra decadencia y el avance del islamismo radical
Mientras vivimos llenos de idolatría, el imperio Asirio y Babilónico, hoy el Islam (paradójicamente viene del mismo lugar geográfico) avanza de manera alarmante. También el secularismo, el laicismo y la filosofía anticristiana nos invade y la iglesia occidental está sin fuerzas porque se ha dejado contaminar por el sistema de este mundo que la rodea.
La crisis múltiple que nos azota
Vivimos en ese tiempo cuando Dios está rompiendo los ídolos de la egolatría y la avaricia mediante el quebranto de una crisis económica, moral, social y política.
B. QUE SOLUCIONES TENEMOS
Regresar a la Palabra de Dios. “Pero tú… Persiste tú en lo que has aprendido… Las Sagradas Escrituras…” (2 Tim. 3:10, 14, 16).
Regresar al mensaje del evangelio de la cruz de Cristo: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Es lo contrario del egoísmo.
Jesús nació para quitar nuestros pecados y deshacer las obras de las tinieblas.
El tiempo se ha cumplido, arrepentíos y creed en el evangelio (Mr.1:15). En muchos casos hemos abrazado otro evangelio, el evangelio de la comodidad, la prosperidad, del placer y entretenimiento, del yo, la realización personal, estar centrados en nosotros mismos, el individualismo, la permisividad, el amor al dinero (avaricia), la falta de temor de Dios, el evangelio del egoísmo, es decir, lo contrario del mensaje original: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.
Se trata de estar unidos a la Cabeza, Cristo, no a un movimiento piramidal.
Discernir el Cuerpo: Muchos miembros, muchas funciones, muchos dones, una gran diversidad, y todo hecho para edificación del otro, vivir los unos por los otros…
CONCLUSIONES
El pecado de nuestra generación es básicamente la idolatría del yo, amadores de sí mismos, que se ramifica en: Individualismo, hedonismo, realización personal, permisividad o relativismo moral y avaricia o amor al dinero.
Recordemos las palabras de Pablo: “… Y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quién nos libra de la ira venidera” (1 Ts.1:9,10).
Nuestra oración debe ser: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job, 42:5-6).
“Perdóname, Señor; Vivifícame, Señor; Restáurame, Señor”.
EL PECADO DE NUESTRA GENERACIÓN (Segunda parte)
INTRODUCCIÓN
Si hablamos de señales del fin de los tiempos ¿en qué pensamos? Terremotos, tsunamis, guerras, crisis económicas, pero a menudo olvidamos un asunto esencial: El carácter de los hombres. Lo que marca la diferencia siempre es el trato personal, el componente humano de las cosas. El carácter de los hombres y mujeres tiene un componente espiritual que ejerce su influencia positiva o negativa en las circunstancias. Jesús dijo: “De que espíritu sois” (Lc.9:55). Tenemos espíritus diferentes (1Co.2:12).
Jesús nos dice que por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará (Mt.24:12). Esa atmósfera de iniquidad crea un frio espiritual que paraliza el amor a Dios, ese es el verdadero cambio climático.
A menudo estamos más preocupados por no tirar una bolsa de plástico en el campo, (lo cual no debemos hacer), que por la codicia del corazón del hombre. Nos preocupa más la extinción de alguna especie animal que matar a seres humanos en el vientre de la madre. A eso le llama la Biblia perder toda sensibilidad, sin afecto natural (2 Tim.3:3) (Ef.4:17-19). Sin embargo, lo que más influye sobre la Naturaleza es el carácter de los hombres.
- La tierra fue maldita por el pecado del hombre (Gn. 3:17-19).
- La destrucción en los días de Noé fue por la maldad (Gn. 6:5-8).
- La destrucción de Sodoma y Gomorra fue por la maldad del hombre (Gn.18:20,21; 19:13)
- La desaparición de los amorreos y cananeos fue por su maldad (Gn. 15:16)
- El cautiverio de Israel y Judá fue por el pecado (Dt.28). La idolatría.
La paga del pecado es muerte. Vulnerar las leyes naturales y morales de Dios nos lleva al juicio y la destrucción.
TEXTOS: 2 Timoteo, 3:1,2 Mateo, 24:12
A. EL PECADO DE NUESTRA GENERACIÓN
Amadores de sí mismos (la idolatría del egoísmo)
Individualismo (la idolatría del humanismo, centrados en sí mismos)
Hedonismo y Narcisismo (la idolatría del placer)
La realización personal (la idolatría del yo: sueños, realización)
Relativismo moral (la idolatría de la tolerancia y la permisividad)
La avaricia (la idolatría del dinero, amor al dinero y el consumo)
La desobediencia a los padres, a la autoridad (idolatría de la rebeldía)
¿Cómo sabemos que ciertas prácticas aparentemente normales en su origen se convierten en un ídolo? Cuándo nos domina. Si nos domina el dinero, el poder, el sexo o cualquier vicio o hábito somos sus siervos; un poder espiritual con un carácter determinado ocupa el lugar del Espíritu de Dios en nuestro corazón, hemos profanado el lugar santísimo (espíritu), el lugar santo (alma) o el atrio (cuerpo) (Ezequiel, 8) (1 Co.6:12-20).
Los ídolos pueden ser pequeños o grandes: ídolos domésticos como el que escondió Raquel de la casa de su padre Labán (Gn.31:19,30,35); o el becerro de oro que hizo Aarón para satisfacer al pueblo (Éxodo, 32). Puede ser que comienza siendo una estrategia de Dios para convertirse más adelante en un ídolo abominable, como la serpiente del desierto (Nm.21:8 con 2 Reyes, 18:4); o el efod que mandó hacer Gedeón (Jue. 8:27 con Ex. 28). Un modelo originalmente puede venir de Dios pero convertirse en ídolo si pasamos del medio al fin, de la dependencia del Espíritu a la formulación de un sistema; acabamos adorando el sistema en lugar de rendirnos a la voluntad de Dios dependiendo en todo momento de su dirección. (Ej. Los hijos de Esceva. Hch.19) (Ej. Gá.3:3) (Ej. Simón el mago Hch. 8:18) (Ej. Pablo y Bernabé en Listra Hch.14:18-20).
B. LA RESTAURACIÓN
Uno. Viene por el arrepentimiento y la restitución (2 Cr.7:14).
Existe una relación directa entre el pecado del hombre y los desastres naturales. La idolatría permite a las potestades espirituales actuar legalmente. Donde hay ídolos existe un terreno de actuación para los demonios. El diablo viene a robar, matar y destruir y lo hace donde se le ha dado paso legalmente mediante la idolatría. Dios habita en las alabanzas de su pueblo, de la misma manera el diablo actúa donde se le adora, la idolatría es un permiso de actuación, por ello la Biblia clama contra la idolatría. El pecado de idolatría es el que más a menudo se condena en las Escrituras, junto con el de incredulidad. Y no es solamente arrodillarse delante de una estatua; la idolatría es cuando un poder o dominio ha ocupado el lugar que solo corresponde a Dios, robando su gloria.
Resumiendo podemos decir que la idolatría es la autopista por donde el diablo puede actuar legalmente y a menudo usa los desastres naturales para ejercer su acción destructiva sobre el hombre. Ha venido a matar. En ocasiones lo que hay en esas actuaciones son juicios de Dios, que permite a Satanás obrar cuando Dios quita su protección o cobertura (Ej. La vida de Job) (Ej. El cautiverio de Judá a manos de Babilonia). El arrepentimiento y la conversión siempre conlleva volverse de los ídolos a Dios (1 Ts.1:9,10).
Dos. No os conforméis a este siglo (Ro.12:2).
Este siglo está dominado por el príncipe de la potestad del aire (Ef.2:2) a través de un modelo o sistema de vida contrario a la voluntad de Dios, que le roba su gloria, implantando la idolatría en sus múltiples manifestaciones.
Tres. Regresar al evangelio de la cruz (Gá 2:20)
La forma para salir de la idolatría del yo es la cruz de Cristo. “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi”. A esta verdad la hemos llamado consagración especial para unos cuántos, pero es la esencia del evangelio para todo aquel que cree. Fuimos convertidos de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar… (1 Ts.1:9,10). Hemos sido trasladados de la potestad de las tinieblas al reino de Su Hijo Amado (Col.1:13). Ese es nuestro lugar y si no nos hemos alejado de la idolatría del yo, debemos arrepentirnos regresando al equilibro de la fe. (Ej. La oveja perdida, la moneda perdida, el hijo perdido).
CONCLUSIONES
Vivimos tiempos peligrosos por causa del carácter de los hombres que afecta a la Naturaleza mediante la idolatría que nos aleja del Creador y que atrae los juicios inevitables por el pecado.
La maldad se ha multiplicado, nuestro amor se ha enfriado, la idolatría del yo y nuestra realización personal han ocupado en buena medida el lugar de Dios en la iglesia, por tanto, nos queda no conformarnos al esquema de este siglo, sino arrepentirnos de nuestros pecados para que nuestra tierra sea sanada (2 Crónicas, 7:14).
El pecado de nuestra generación es básicamente la idolatría del yo, ser amadores de sí mismos, que se ramifica en: Individualismo, hedonismo, realización personal, permisividad o relativismo moral y avaricia o amor al dinero.
Nuestra oración debe ser: “Perdóname, Señor; Vivifícame, Señor; Restáurame, Señor” (Job, 42:5-6).