291 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoEventos principales (III) – Restauración de Israel (1) – Regreso del cautiverio

Y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo (Hecho 3:20,21)

Regreso del cautiverio

La historia de Israel es única entre las naciones de la tierra. Su devenir es parte de la soberanía de Dios. Esa historia ha sido y es muy fructífera, pero a la vez ha soportado la ira y el desprecio como ningún otro pueblo. Israel es un reloj profético para conocer los tiempos. Después de casi dos mil años de cautiverio entre las naciones ha rebrotado en su tierra ancestral, la que el Eterno prometió hace unos cuatro mil años a Abraham su amigo.

Está escrito que el pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, y añade el mismo pasaje: YHVH se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jer. 31:2,3). El contexto de este pasaje está fijado en los días de la restauración de Israel, y una parte de esa restauración tiene que ver con el retorno a su tierra. Dios no ha desechado a su pueblo, al cual desde antes conoció (Rom.11:1,2). Por tanto, la Teología del Reemplazo no tiene cabida en el proyecto divino, sino que forma parte de un entramado teológico que ha pretendido suplantar a Israel por la iglesia, cambiando la revelación de Dios caprichosamente al estilo del pecado de Jeroboam.

El apóstol Pedro en su segundo discurso a los judíos de Jerusalén, después de anunciar la necesidad del arrepentimiento para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, dijo que Jesucristo fue recibido en el cielo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas; y una de esas «cosas» es el regreso del cautiverio de Israel. Ocurrirá antes que Jesucristo sea enviado de regreso, y todo ello fue anunciado por boca de sus santos profetas. Israel rebrotó como nación en su tierra el 14 de mayo de 1948. En estos días celebramos el setenta aniversario de ese suceso histórico-profético que ha tenido lugar ante los ojos de esta generación. En estas siete décadas ha tenido lugar el rebrotar de la higuera, tal como lo anunció el Mesías (Mt.24:32), −el más grande de los profetas−, y la tierra ha respondido con sus beneficios a los habitantes legítimos y herederos de la promesa; junto con la oposición mundial a su levantamiento. Israel nunca ha dejado de ser nación delante del Señor durante este largo cautiverio (Jer.31:34-36).

Recuperemos la memoria mirando el mensaje de algunos de los profetas que anunciaron estos días. Amós, hablando de la restauración futura de Israel, dice: Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho YHVH Dios tuyo (Amós 9:14,15).

Para los que tienen la tentación de interpretar este regreso del cautiverio como ya cumplido en días de Zorobabel, Esdras y Nehemías, es evidente que no se trata de ese tiempo, sino del tiempo del fin, cuando Israel nunca más será arrancado de su tierra.

El profeta Ezequiel dice: Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país (Ez.36:24). En otro lugar está escrito: En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice YHVH (Sofonías 3:20). No estamos diciendo que se haya cumplido toda la amplitud de la profecía sobre el regreso del cautiverio de Israel, sino que asistimos al inicio de su restauración en su tierra, como hemos reseñado, y este proceso está abriéndose camino en medio de gran oposición y presión mundial insoportable, porque el mundo está bajo el maligno, y el príncipe de este mundo se opone con malignidad a esta restauración. Lo vemos todos los días en los medios de comunicación.

Pero ha comenzado. Vivimos en el tiempo de la restauración de Israel en su tierra, han regresado del cautiverio, no todos, queda mucho pueblo entre las naciones, y tal vez no serán todos (tampoco en el regreso de Babilonia fue así), pero habrá más aliá (término para el regreso o subida a Israel del cautiverio) en el futuro. Como está escrito. Y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios (Jer.32:37,38). Son los días de un nuevo pacto con Israel, un nuevo corazón, y el derramamiento del Espíritu. He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy YHVH… Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra (Ez.37:12-14). El mismo profeta dice en otro lugar: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente (Ez.28:25,26). YHVH tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra (Is.14:1).

Observa que la restauración de Israel siempre está ligada al restablecimiento de la nación en su tierra, la tierra prometida, que a los ojos del Eterno no ha variado en nada con relación al pacto que hizo con los padres de la nación hebrea.

Israel florecerá, echará renuevos, y la faz del mundo llenará de frutos, y adorarán a YHVH en el monte santo (Is.27:1,6,9,13). El Señor recobrará el remanente de su pueblo, juntará a los desterrados y esparcidos de Israel y Judá, y sus enemigos serán destruidos (Is.11:11-16). Porque hay enemigos que buscan con afán la destrucción de Israel, especialmente vienen hoy del mundo islámico radical, de grupos terroristas y países como Irán, con su empeño en fabricar la bomba atómica para destruir a Israel como anuncian a diario sus dirigentes. En estos días asistimos al primer intento de guerra directa entre Irán e Israel con el bombardeo de más de veinte misiles al norte del país judío desde la vecina Siria, donde el país de los ayatolás está tratando de establecer una base de operaciones contra Israel mediante grupos terroristas como Hezbollah. La respuesta de las fuerzas armadas israelíes ha sido contundente destruyendo buena parte de las bases iraníes.

El regreso de los judíos a su tierra ancestral provoca el odio de las naciones vecinas, pero es el cumplimiento de la profecía bíblica. Como está escrito: He aquí vienen días, dice YHVH, en que no dirán más: Vive YHVH que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive YHVH que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra (Jer.23:7,8). El contenido de muchas de las profecías sobre el regreso del cautiverio parecen una crónica periodística, leamos la siguiente: Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; y echaron suerte sobre mi pueblo… (Joel 3:1-3) y (Dt.32:43). La tierra que fue dividida ha sido recuperada, aunque no en su totalidad.

Y en otro lugar dice: Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país (Ez.36:24). También el profeta Zacarías hace mención explícita de este evento (Zac.10:6-12). Vivimos en esos días. El que tenga oídos para oír, oiga. Es el tiempo de reprimir del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice YHVH, y los hijos volverán a su propia tierra (Jer.31:16,17).

Los hijos de Dios en todo lugar se regocijan y cantan por la restauración de Israel en su tierra, porque grande es en medio de ti −Sion− el Santo de Israel (Is.12:1-6).

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