GRATITUD Y ALABANZA (43) – No glorificaron a Dios – Sodoma y Gomorra

GRATITUD Y ALABANZA - 1No glorificaron a Dios – Sodoma y Gomorra

Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra YHVH en gran manera… Entonces YHVH dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo… (Génesis 13:13 y 18:20).

El libertinaje de las ciudades no glorifica a Dios. Dios es santo, y no tendrá por inocente al culpable. La injusticia de los hombres, especialmente de los gobernantes, es aborrecida por el Señor. Los profetas de Israel fueron enviados una y otra vez a sus sociedades para que se apartaran del mal camino y vivieran. El pecado es afrenta de las naciones, pero la justicia la engrandece (Pr. 14:34). La Biblia muestra la manifestación de la justicia de Dios para redimir al hombre caído y liberarlo de los atropellos de la iniquidad.

Los hombres de Sodoma eran malos, vivían entregados a todo tipo de iniquidades que finalmente atrajeron el juicio de Dios; por lo que fueron puestas como ejemplo de las consecuencias del mal. La maldad que cometían subió al cielo y el consejo celestial emitió su juicio. El pecado de nuestras ciudades no pasa desapercibido ante el trono de Dios. Hay consecuencias de las leyes impías que se legislan en los parlamentos por muy democráticos que sean. La transgresión y la injusticia tienen sus consecuencias en la vida de las naciones. Nos engañamos a nosotros mismos cuando actuamos emancipados de la ley moral universal implantada en nuestras conciencias, aunque ésta haya sido cauterizada por la hipocresía y la mentira que pretende justificar cualquier ideología por perversa que sea (1 Timoteo 4:1,2).

El pecado de Sodoma no solo tuvo que ver con la perversión sexual, el profeta Ezequiel hace la siguiente relación: He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité (Ezequiel 16:49,50). Estos comportamientos no glorifican a Dios. El Señor resiste a los soberbios, cuya manifestación parece haber sido predominante en aquella sociedad, como lo es en la nuestra. Aquellas ciudades fueron puestas como ejemplo del juicio que merecen los mismos comportamientos en cualquier otro lugar. Fue el caso de Samaria y Jerusalén en cierto periodo de su historia. Incluso puede haber mayor condenación para algunas ciudades (Corazín y Betsaida) aunque no hayan sido destruidas por fuego como fue el caso de Sodoma y Gomorra (Mt. 10:15; 11:20-24). Una conducta similar encontramos en muchas de nuestras ciudades precediendo la venida del Mesías (Lc.17:28-30).

         Las ciudades tienen un carácter que puede glorificar, o no, a Dios.

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