CONSECUENCIAS DEL AUTO-ENGAÑO (1)

Autoengaño(Por ignorar lo que creemos)

Introducción  

El auto engaño, mediante argumentos altivos, es uno de los errores más comunes del hombre. En tiempos de decadencia moral, incluso el hombre religioso, el creyente, puede caer fácilmente en una manera de proceder que ignora lo que cree. El profeta Jeremías dijo: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jer. 17:9 RV60).

Todo engaño y mentira se sustenta sobre un argumento que le da consistencia. Cuando hemos asimilado el argumento engañoso podemos vivir sin que la conciencia nos moleste y actuar con plena convicción, aunque la base de nuestro proceder sea la mentira y, por tanto, nos conduzca al error y el fracaso.

Una de las mentiras más extendidas de la posmodernidad, (junto con sus ramificaciones), está asentada sobre la filosofía humanista que pretende fundamentar la convivencia bajo la idea de que Dios no existe. Dios no nos ve, no tenemos que dar cuenta a nadie de nuestros actos, solo ante nosotros mismos y nuestras leyes humanas. De ahí el interés por burlar la justicia y la consiguiente corrupción. Podemos resumirlo con las palabras de Ezequiel: Dicen: el Señor no nos ve; el Señor ha abandonado la tierra (Ez.8:12 LBLA).

Hemos abandonado el temor de Dios, —principio de sabiduría—, y nos hemos entregado a la osadía de legislar en base a ideologías humanistas contrarias a la ley moral y natural. Hoy muchos gobiernos  actúan como dioses —bajo la máxima antigua de: seréis como Dios Gn. 3:5—, extralimitándose en la autoridad delegada que han recibido. Traspasan límites morales pretendiendo que la política es amoral, sin principios, ni valores, más allá de lo que el consenso «universal» pretenda en cada momento u ocasión. Si hay una mayoría suficiente de ciudadanos que piden cualquier cosa, por disparatada que sea, se puede formular una ley y legalizar cualquier aberración contra natura, bajo el amparo de la libertad de elegir.

Este desenfreno nos está llevando a una decadencia moral, cívica y espiritual en todos los ámbitos de la vida humana. ¿Dónde comenzó todo? En un argumento, una idea, una filosofía, incluso podríamos decir que una especie de teología anti-teológica. ¿Cuál es? «El universo camina solo. No hay Creador. Vamos sin rumbo. Dios nos ha dejado, se ha desentendido de nosotros». Ahora el hombre ocupa el lugar central, lo llamamos humanismo. Hemos dicho: El Señor ha abandonado la tierra, el Señor nada ve (Ez.9:9 LBLA). ¿Es eso cierto? Si así fuera está justificada la filosofía materialista: comamos y bebamos que mañana moriremos. La negación de Dios y la ley moral nos conduce rápidamente a la corrupción. Algo parecido ocurrió en días del profeta Ezequiel, por tanto examinemos lo sucedido porque está escrito para nuestra enseñanza (1 Co.10:11) y esperanza (Rom.15:4).

Textos: Ezequiel caps. 8, 9 y 22

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