GRATITUD Y ALABANZA (99) – Idolatría y juicio (1)

GRATITUD Y ALABANZA - 1INGRATITUD – Idolatría y juicio (1)

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres… ingratos (2 Timoteo 3:1,2).

La misma enseñanza apostólica nos advierte de la presencia de hombres perversos y malos, porque no es de todos la fe (2 Tes.3:2). Y aunque siempre ha habido este tipo de comportamientos se multiplicarán y agudizarán en los tiempos finales. Una de las muchas características que identifican a estos hombres es la ingratitud. La ingratitud es desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos. Este comportamiento conduce irremediablemente a la idolatría que a su vez atrae el juicio de Dios. Lo iremos viendo en las próximas meditaciones a través del texto que encontramos en el capítulo 1 de la carta a los Romanos y que analizaremos ampliamente.

Los seres humanos olvidamos fácilmente. La vorágine de noticias y sucesos que se introducen en nuestros hogares a través de la inmensa manipulación de los medios de comunicación en estos días nos impide por un lado analizar bien la abrumadora cantidad de datos que entran en nuestra pantalla, y por el otro, olvidar rápidamente la información que se va solapando noticia tras noticia. Asistimos a un exceso de datos que impide a nuestra mente analizarlos y contrastarlos. Para ello tenemos los llamados verificadores, que de manera realmente manipuladora trabajan para las grandes corporaciones de medios eligiendo los temas que analizan caprichosamente para dirigir nuestros pensamientos en una dirección intencionadamente escogida con fines políticos, económicos o culturales. Por tanto, solamente retenemos aquello que se repite una y otra vez en los medios, en todas las cadenas de televisión, emisoras de radio y periódicos digitales.

Así hemos asistido a un lavado de cerebro mundial usando la llamada pandemia de contagiados como instrumento para domesticar a la opinión pública implantando un pensamiento único con el propósito de infundir miedo, terror y sumisión incondicional. Toda una ingeniería social que ha dado sus frutos ampliamente. Lo mismo ocurre con las ideologías que se introducen en cada generación para consumo mundial. Pensemos cómo se ha impuesto en todo el sistema educativo la teoría, nunca probada, de la evolución. De esta manera han eliminado a Dios de la escena pública, porque saben que habiendo un Dios justo, cuya Ley no debemos ignorar, somos entonces moralmente responsables ante Él, y deberemos dar cuenta de nuestro comportamiento. Lo mismo vemos con la filosofía relativista. Así entramos en la ingratitud cuando olvidamos deliberadamente a la Fuente y el Dador de la vida con sus recursos. El salmista dijo: No olvides ninguno de sus beneficios.

         Olvidando los beneficios de Dios seremos atrapados en la ingratitud.

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