La casa de David (X) – La generación de Salomón
Y de entre todos mis hijos (porque YHVH me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de YHVH sobre Israel. Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a este he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre (1 Crónicas 28:5).
En la biografía del rey David nos encontramos con un personaje histórico por un lado, y con un tipo del Mesías por otro. El pacto que Dios hizo con su casa significará una línea genealógica que el pueblo de Israel tendrá presente hasta nuestros días. Los salmistas y profetas volverán una y otra vez a esta figura histórica para personificar en él la esperanza del advenimiento del reino mesiánico. Este proceso desembocará en la proclamación del hijo de David en la persona del Mesías, Jesús de Nazaret, como hemos visto y seguiremos viendo a lo largo de nuestro estudio.
Volvamos ahora a los últimos años del reinado de David para ver como se aseguró de quién sería entre sus hijos el escogido por Dios para sucederle, y traspasarle todos los preparativos que él mismo había hecho para la obra del templo en Jerusalén. El diseño del templo fue trazado por la mano del Señor, haciéndoselas entender a David, para que a su vez le trasladara el diseño recibido a su hijo Salomón (1 Cr.28:19). Una vez realizada su misión, está escrito que David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción (Hch.13:36); haciendo aquí el apóstol una diferencia clara con el Mesías, que no vio corrupción, sino que venció la muerte.
Bien. Dicho esto, regresemos a los días del rey Salomón para encontrarnos con una nueva generación. Si los días de David habían sido de guerra y conquista, los de Salomón fueron un tiempo de paz y prosperidad como nunca hubo en el reino antiguo de Israel. La generación del nuevo rey se identificó por la paz social en el reino, paz con las naciones vecinas, y una gran prosperidad económica (muchas de las naciones cercanas fueron hechas tributarias) que dio lugar a un tiempo de máximo empleo y dedicación a distintas obras de edificación, especialmente la del templo en la capital del reino.
Las guerras que predominaron en los días de la generación de David, pusieron las bases para disfrutar de un tiempo de pacificación con todas sus ventajas. En este sentido la generación de Salomón es un prototipo del reino mesiánico de paz y justicia en la tierra. Podemos ver aquí un principio escritural que identifica a distintas generaciones con diferentes propósitos.
La generación de Salomón es identificada en la Escritura como un tiempo de paz y prosperidad que anticipa el reino mesiánico en la tierra.