59 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LI) – Babilonia (43)

Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho YHVH, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre (Jeremías 25:11,12)

         Alrededor de doscientos años después de la profecía de Isaías sobre Babilonia encontramos al profeta Jeremías con un mensaje muy distinto acerca del rey Nabucodonosor.

Para situarnos históricamente y comprender algo mejor el mensaje de Jeremías veamos algunos datos aclaratorios. Siendo muy joven, el profeta fue llamado por Dios para anunciar un mensaje impopular al reino de Judá. Puede haber sido por el año 627 a.C.

El pecado de Judá había subido delante del Señor y el juicio fue decretado sobre su pueblo y la ciudad de Jerusalén. En ese tiempo el imperio Asirio había caído y la ciudad de Babilonia se constituyó en el nuevo imperio con su rey Nabucodonosor. El profeta Daniel diría de él: tú eres aquella cabeza de oro (Dn.2:38). Estamos ante la Babilonia física y su dominio sobre todo Oriente Medio. El mensaje original de Jeremías es que Judá se someta a Nabucodonosor.

El Señor, Dios de Israel, lo había levantado para enseñorearse de las naciones del entorno, entre ellas el reino de Judá, y usarle como instrumento de su juicio sobre su propio pueblo que había abandonado el pacto.

Por tanto, tenemos aquí que el espíritu babilónico había penetrado al pueblo elegido, y el juicio de Dios sobre Judá, a través del imperio emergente, surgió precisamente de Babilonia. Como el rey de Israel y sus príncipes no recibieron el mensaje de Jeremías, finalmente el juicio anunciado se convirtió en cautiverio durante setenta años. Luego, una vez consumado el juicio por el pecado de Judá —observemos que el Dios de la Biblia no hace acepción de personas a la hora de emitir sus juicios sobre las naciones, en esto Israel recibe el mismo trato por su pecado, una vez que transgrede el pacto— el mismo imperio babilónico sería a su vez juzgado, porque se extralimitó en sus competencias.

El ensañamiento que los caldeos ejercieron sobre Judá y los pueblos vecinos vino en recuerdo de aquel que juzga a todas las naciones, y la maldad de Babilonia al ejecutar la voluntad del Señor recibió su justa retribución.

         El profeta Jeremías vivió en medio de la generación objeto del juicio de Dios. Su mensaje impopular recibió el rechazo de su pueblo en medio del avance imparable del imperio babilónico.

Download PDF

Deja un comentario