EL FRUTO DEL ESPÍRITU
Toda manifestación carismática tiene que pasar la prueba de fuego: el fruto que da. El fruto del Espíritu pone de manifiesto la llenura del Espíritu. Revela la madurez del discípulo y junto con los dones espirituales producirán una obra duradera, permanente, edificante y gloriosa para Aquel que es el Dador de todas las cosas.
El fruto del Espíritu revela nuestra madurez y pone en evidencia la verdadera naturaleza de nuestro corazón. El fruto del Espíritu es el carácter de Jesús, por tanto, producirá nuestra transformación a su semejanza. Examinemos nuestros corazones a la luz del fruto que el Espíritu produce en nosotros mientras vivimos y andamos en Él.
- El fruto del Espíritu – introducción (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – amor (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – gozo (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – paz (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – paciencia (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – benignidad (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – bondad (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – fidelidad (Gá.5:22)
- El fruto del Espíritu – mansedumbre (Gá.5:23)
- El fruto del Espíritu – dominio propio (Gá.5:23)
- El fruto del Espíritu – justicia (Ef.5:8,9)
- El fruto del Espíritu – verdad (Ef.5:8,9)