EL ESPÍRITU SANTO EN EL LIBRO DE LOS HECHOS
Este capítulo es uno de los más amplios de esta serie. Haremos un recorrido por el libro de los Hechos de los Apóstoles parándonos en la mayoría de los textos donde vemos la obra del Espíritu en su diversidad.
Veremos también que las experiencias son una parte consustancial a la vida del discípulo, experiencias carismáticas, es decir, producidas por el carisma de Dios, el don de Dios, el Espíritu Santo. Todo comienza el día de Pentecostés, (la fiesta de Shavuot), que tenía lugar a los cincuenta días después de la Pascua; los mismos que habían transcurrido desde que Jesús, nuestra Pascua, fuese sacrificada. En ella se celebraba la fiesta de la Torá, para conmemorar el hecho histórico cuando Dios entregó a Moisés las tablas de la ley en Sinaí. Este día, en Jerusalén, la ley de Dios sería grabada en los corazones de los discípulos por el Espíritu Santo. Son cuarenta y cuatro meditaciones que nos darán una panorámica de todo el libro de Hechos y la obra del Espíritu en la congregación de Dios.
- El día de Pentecostés (Hch.2:1-4)
- Una promesa de largo alcance (Hch.2:33,38,39)
- Pedro lleno del Espíritu (Hch.4:8-10)
- Llenos del Espíritu para hablar la palabra (Hch.4:31)
- Llenos del Espíritu para obedecer (Hch.5:30-33)
- Llenos del Espíritu para servir a las viudas (Hch.6:3)
- Sabiduría y llenura del Espíritu siempre unidos (Hch.6:10)
- La dureza de corazón resiste al Espíritu (Hch.7:51)
- El cielo en pie ante un hombre lleno del Espíritu en la tierra (Hch.7:55,56)
- A más persecución mas predicación (Hch.8:14-17)
- La palabra y el Espíritu deben ser recibidos (Hch.8:14-17)
- Experiencia y doctrina (Hch.8:14-17)
- El don de Dios y el dinero (Hch.8:20)
- Otro tipo de experiencias (Hch.8:29,39)
- Ser llenos del Espíritu una experiencia posterior (Hch.9:17)
- Temor de Dios y fortaleza del Espíritu (Hch.9:31)
- El Espíritu confirma las visiones y los éxtasis (Hch.10:19,20)
- Pedro confrontado con los prejuicios judíos (Hch.10:19,20)
- La predicación de Pedro en casa de Cornelio (I) (Hch.10:38-43)
- La predicación de Pedro en casa de Cornelio (II) (Hch.10:38-43)
- La predicación de Pedro en casa de Cornelio (III) (Hch.10:44)
- La predicación de Pedro en casa de Cornelio (IV) (Hch.10:45,46)
- La predicación de Pedro en casa de Cornelio (V) (Hch.10:47,48)
- Reproches y explicaciones de Pedro (I) Hch.11:15,16)
- Reproches y explicaciones de Pedro (II) (Hch.11:17,18)
- La iglesia en Antioquia de Siria (I) (Hch.11:24-26)
- La iglesia en Antioquia de Siria (II) (Hch.11:28)
- La iglesia de Antioquia de Siria (III) (Hch.13:1,2)
- Enviados por el Espíritu a la obra misionera (Hch.13:3,4)
- La confrontación inevitable (Hch.13:9-11)
- Discípulos llenos de gozo y del Espíritu (Hch.13:52)
- El primer concilio presidido por el Espíritu (Hch.15:8,9)
- El Espíritu Santo no impone cargas (Hch.15:28,29)
- Impedidos de hablar la palabra en Asia (Hch.16:6,7)
- Hay que oír del Espíritu Santo (Hch.19:2)
- Las limitaciones en la predicación (I) (Hch.19:3-5)
- Las limitaciones en la predicación (II) (Hch.19:3-5)
- Las limitaciones en la predicación (III) (Hch.19:6,7)
- Después de las experiencias el avance del reino (Hch.19:21)
- El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu sin engañarnos (Hch.20:22,23)
- Supervisores de la grey de Dios (Hch.20:28)
- Una aparente contradicción del Espíritu (Hch.21:4)
- De Jerusalén a Roma. El tiempo de los gentiles (Hch.28:25-29)
- El final del libro de los Hechos (Hch.28:30,31)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según les daba habilidad para expresarse. (Hechos 2:1-4).
Y llegó el día. Diez días después de la ascensión de Jesús al cielo, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís (Hch.2:33). Esta fue la respuesta del apóstol Pedro ante una multitud atónita y confundida por el suceso que acababa de tener lugar. Era el día de Pentecostés, (Shavuot), una de las tres fiestas judías principales y anuales, llamada también de las Semanas, cincuenta días desde la Pascua y los primeros frutos hasta Pentecostés. Algunos ven en este suceso el nacimiento de la iglesia, pero recordemos que la congregación de Dios ya existía, nació en el Sinaí, llamado el día de la asamblea por Moisés en Deuteronomio 9:10; 10:4 y 18:16. Es el término Kahal, en hebreo, que se ha traducido al griego por eklessia, que significa congregación o asamblea.
Pues bien, en este día estaban juntos los apóstoles, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de él; estaban unánimes, entregados de continuo a la oración (Hch. 1:14). Cuando de repente les sorprendió un ruido del cielo como una ráfaga de viento impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados. ¡Estaban sentados! Curioso. De pronto comenzaron a tener experiencias excepcionales: lenguas como de fuego repartidas sobre cada uno de ellos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y todos comenzaron a hablar en otras lenguas, según la habilidad que les daba el Espíritu para expresarse. Su lengua fue desatada para hablar las maravillas de Dios, y todo ello como cumplimiento de la profecía de Joel, así como el anuncio que Jesús les había hecho de que se quedaran en Jerusalén para ser investidos de poder de lo alto.
Esta experiencia, con pequeñas diferencias, se va a repetir en el libro de los Hechos en diversas ocasiones, lo veremos más adelante. Todo el proceso anunciado por Jesús se estaba cumpliendo delante de sus ojos. Ya no serían los mismos nunca más. La historia entraba en una nueva era, la del Espíritu Santo revelando a Jesús.
Hay un día señalado para ser lleno del Espíritu y mudado en otro hombre. Cuando llega nuestras vidas son transformadas para siempre.