La pornografía es destructiva

Pornografía (2)LA PORNOGRAFÍA ES DESTRUCTIVA

 

INTRODUCCIÓN

La pornografía es destructiva… Veremos por qué y cómo afrontar esta pandemia.

¿Por qué es destructiva si es placentera? Los grandes desastres humanos comienzan con placer y si no vemos el daño que puede llegar a producir caeremos víctimas de un poder engañoso que nos esclavizará.

El pecado es engañoso (Heb.3:12,13), nuestro corazón también (Jer.17:9), para no ver la gloria y la verdad de Dios (2 Co.4:3,4 con Jn.8:31). Las tinieblas ciegan nuestros ojos y nos impide ver formando un velo que oculta el engaño que nos atrapa y la verdad que nos libera (Is.25:6-10 y Jn.8:31). Por ello necesitamos que Dios alumbre los ojos de nuestro entendimiento mediante un espíritu de sabiduría y revelación para que sepamos lo que nos ha concedido (Ef.1:16-18 con 1 Co. 2:12).

Si no vemos el mal recibiremos el daño (Pr.22:3), si no percibimos el mal pasamos adelante y nos llevamos el daño (Pr.27:12). Las drogas (ejemplo el fentanilo) al principio son placenteras pero luego producen daño y muerte.

Eva fue atraída por un mensaje placentero y motivador: «seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal». Luego vio que el árbol era bueno para comer, y agradable a los ojos, árbol codiciable para alcanzar la sabiduría, y tomó de su fruto, y comió, y dio a su marido (Gn.3:4-6).

Por tanto, necesitamos las riquezas de pleno entendimiento (Col. 2:1-3) para no caer bajo el hechizo de los placeres temporales del pecado (Heb.11:24-26). Debemos comprender por qué la pornografía es destructiva, alcanzar un buen discernimiento de ello para no caer en la disolución y permisividad de nuestra generación. Esto es válido para cualquier otro mal. Dios quiere que todos los hombres sean salvos y luego vengan al conocimiento de la verdad en un proceso paulatino hasta el conocimiento pleno (1 Tim.2:4). Si no entendemos las verdades de Dios el diablo vendrá y robará la semilla para que no lleve fruto. «Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón» (Mt.13:19).

¡Debemos entender por qué la pornografía es destructiva!

1. ¿QUÉ ES LA PORNOGRAFÍA?

Veamos la etimología de la palabra. Pornografía significa: «descripción de la prostituta». Del griego porne (prostituta) y grapho (describir) y también grabar, escribir, ilustrar. Este término es relativamente nuevo, en español viene del año 1880 y significaba tratado de la prostitución. La pornografía tal como la conocemos hoy surgió con la aparición de la fotografía, la primera fotografía de este tipo apareció en Gran Bretaña en el año 1890; y se ha magnificado con las revistas, videos y el Internet. Los móviles son un vehículo de propagación de la pornografía en unos niveles alarmantes al alcance de todos, especialmente de los niños.

Por lo tanto, la pornografía es la descripción mediante palabras, grabaciones o ilustraciones de las actividades de una prostituta. Es poner delante de nuestros ojos el culto de las prostitutas sacerdotisas que adoraban a las deidades paganas como veremos más adelante.

Las estadísticas sobre el consumo de pornografía son demoledoras. Según la empresa de software Covenant Eyes (ojos de pacto), el 64 por ciento de los hombres cristianos y el 15 por ciento de las mujeres cristianas dicen ver pornografía al menos una vez al mes; 1 de cada 5 pastores jóvenes y 1 de cada 7 pastores principales usan pornografía de manera regular; y el 43 por ciento de los pastores dicen haber luchado con la pornografía en el pasado. Estamos ante una mezcla idólatra que la Escritura denuncia con claridad.

2. ¿POR QUÉ ES DESTRUCTIVA?

Leamos primero Lucas 11:34-36

La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira, pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.

Un ojo maligno da entrada a las tinieblas en nuestras vidas, y estas ciegan nuestro entendimiento, cauterizan nuestra conciencia y destruyen nuestra comunión con Dios.

El ejemplo de David (2 Sam.11:1-6). Perdió el gozo de la salvación, un corazón limpio y el espíritu recto. Por eso exclamó en el salmo 51, después de cometer adulterio con Betsabé y ser expuesto por el profeta Natán: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente (Sal.51:10-12).

  1. La pornografía es destructiva porque invade nuestra mente de imágenes corrosivas que se clavan como puñales perturbando nuestra conciencia y deformando la vida sexual sana y ordenada por Dios. Conduce irremediablemente a la lujuria de la carne, la adicción a la masturbación, la fornicación y las relaciones prematrimoniales, el adulterio, daña la relación matrimonial y familiar, y por supuesto nuestra comunión con Dios endureciendo nuestra conciencia creyendo que Dios no nos ve (Ez.8:12 y 9:9) (Ef.4:17-19).
  2. Porque la emoción de contemplar imágenes eróticas envía sustancias químicas poderosas al cerebro, creando vías neuronales duraderas que pueden afectar el comportamiento futuro.
  3. Porque es un pecado contra el cuerpo y el alma que Dios ha comprado para santificarlo y usarlo para la justicia y la santificación (1 Co.6:12-20) (Rom.6:19-23). La pornografía fantasea con un cuerpo ajeno, codiciándolo con lujuria y adulterando con él en su corazón (Mt.5:27,28).
  4. Porque es idolatría. ¿Por qué digo que la pornografía es idolatría? Quiero hacer énfasis en este aspecto porque creo que no somos conscientes de su dimensión espiritual. Si lo vemos desde la perspectiva de la idolatría, que todos sabemos es uno de los pecados más repudiados en la Escritura, tal vez tengamos más firmeza a la hora de flirtear con una práctica que está ampliamente aceptada y no parece ser tan destructiva en la actualidad.

El consejo de Balaam (Nm.31:16)

Lo que no consiguió la maldición de Balac/Balaam sobre Israel, fue posible mediante la invitación de las mujeres de Moab a una fiesta para sacrificar a sus dioses (Nm.25:1-18). Esta fiesta incluía comida, bebida, ceremonias y sexo. El pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Todo ello por consejo de Balaam (Jud.11) (Apc.2:14 y 2:20). Lo mismo ocurrió en la fiesta del becerro de oro. Aquí dijeron: Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto. (Ex.32:3,4).

El culto a Astoret (Jue.2:11-14).

Astoret era la consorte de Baal, la versión femenina del culto. Esta Astoret era la diosa Inanna de los sumerios, Isthar de los babilonios, la Afrodita de los griegos y la Venus de los romanos. Es el mismo culto a la misma deidad y potestad espiritual.

En la mitología cananea estaba vinculada a Baal, y aparece a menudo como su esposa o consorte. Era la diosa de la prostitución. Era una seductora, tentadora, la diosa que cautivaba. Habitaba en las tabernas, donde mezclaba la sexualidad con la embriaguez. Era la diosa de la promiscuidad sexual. También era bruja, hechicera, diosa de la magia y los hechizos. Se especializó en la magia del amor y el encantamiento. Se movía y hablaba a través de sus sacerdotisas. Su culto y adoración estaba suturado de carnalidad y sensualidad. Los escritos antiguos hablan de sus templos como casa de prostitución. Pues bien, la pornografía (recordemos su significado etimológico: descripción de la prostituta) saca las prácticas de la prostitución idólatra a la luz pública mediante imágenes y videos. Exponerse a ellas es una forma de participar en ese culto idólatra. Por tanto, no seamos ingenuos, detrás de la pornografía hay todo un entramado espiritual para atraparnos y seducirnos alejándonos de Dios, o mezclando su culto como en el Israel antiguo.

La predicación del evangelio que predicaron los apóstoles era para la conversión de los ídolos a Dios: Y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera (1 Tes.1:8-10), incluye ser trasladados de la potestad de las tinieblas al reino de su amado Hijo (Col.1:13 con Lc.11:34-36). Por eso se insiste tanto en las cartas apostólicas de apartarse de las obras de la carne, las prácticas paganas de la fornicación y la inmundicia (Ga.5:19-21). Los cultos paganos están infectados de inmoralidad sexual, el evangelio nos libra de ello para servir al Dios vivo y Santo. Todas las cartas enfatizan este hecho por sus connotaciones espirituales.

Cuando caemos en la pornografía y sus consecuencias como la fornicación, el adulterio y la promiscuidad sexual, entramos en contacto con realidades espirituales aunque hoy se llamen de otra forma.

Recordar Stg.1:13-15 y el proceso de la tentación.

3. COMO AFRONTARLO Y PROTEGERNOS

Una de las manifestaciones más evidentes de la decadencia de nuestra sociedad es la hipersexualización que nos azota, el sexo es una de las grandes idolatrías de nuestro tiempo, y un síntoma inequívoco de que estamos volviendo al paganismo pre cristiano, lo cual nos recuerda que vivimos tiempos de apostasía, adoramos a múltiples dioses, entre ellos al Dios de la Biblia, como en la historia de Israel. Por todo ello, necesitamos regresar a las sendas antiguas (Jer.6:16), las verdades liberadoras del evangelio de Jesús (2 Tim.4:1-4).

Veamos ahora cómo afrontar esta pandemia de inmoralidad sexual.

  1. Arrepentimiento y confesión

Cuando la verdad de Dios alumbra nuestros ojos debemos actuar en obediencia escapando del lazo del cazador. Como está escrito, «si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones» (Heb.3:12-15).

Leer 1 Juan 1:5-2:2

  • Dios es luz y no hay tinieblas en Él.
  • Si andamos en tinieblas no tenemos comunión con Él.
  • Si andamos en luz, tenemos comunión y la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.
  • Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
  • Si alguno hubiere pecado abogado tenemos, a Jesucristo el justo.
  • Él es la propiciación por nuestros pecados.

Leer Proverbios 28:13

  • El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Leer Santiago 5:16

  • Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

El arrepentimiento de corazón y la confesión de nuestros pecados contiene un poder libertador y restaurador que no debemos olvidar (Hch.26:19-20).

  1. Viviendo en luz con ojos buenos

Debemos reconocer que la pornografía es vivir en tinieblas e idolatría, y esas tinieblas entran por nuestros ojos, por tanto, debemos cuidar dónde miramos. Cuando tu ojo es maligno, tu cuerpo está en tinieblas (Lc.11:34-36).

Leer Juan 3:19-21

  • La condenación es que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas porque sus obras eran malas.
  • El que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas.
  • El que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
  1. Vivir bajo el temor de Dios

¿Qué significa vivir bajo el temor de Dios? Significa conocer lo que agrada a Dios y aquello que aborrece para hacer lo mismo. Algunos textos de Proverbios echan luz sobre las consecuencias de vivir bajo el temor de Dios. Veamos algunos ejemplos.

  • El principio de la sabiduría es el temor de Dios (Pr.1:7)
  • Teme a Jehová y apártate del mal (Pr.3:7)
  • El temor de Jehová es aborrecer el mal (Pr.8:13)
  • En el temor de Jehová está la fuerte confianza… El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte (Pr.14:26,27)
  • Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal (Pr.16:6)
  • El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado del mal (Pr.19:23)
  • Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada (Pr.31:30,31)

Ejemplos:

  • José en casa de Potifar. Así respondió al acoso que fue sometido por parte de la mujer de su amo: «No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?» (Gn.39:9).
  • El joven Daniel en Babilonia. Ante la dieta contraria a la ley de Dios ofrecida a Daniel por el rey de Babilonia, respondió: «Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey… pidió al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse» (Dn.1:8).
  • El joven Timoteo. El apóstol Pablo instó a su discípulo Timoteo a huir de las influencias mundanas y seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y mansedumbre (1 Tim.6:11). Y al final de su carrera le animó a huir de las pasiones juveniles, y seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor (2 Tim.2:22).

CONCLUSIONES

Hemos visto que la pornografía es destructiva aunque placentera y adictiva. Nos introduce en un área de tinieblas que lleva a la idolatría de cultos paganos que afectan a nuestra vida interior y la comunión con Dios. Su poder destructivo conduce a la masturbación adictiva, la fornicación, el adulterio y la lujuria sexual que desordena una vida sexual sana conforme al modelo de las Escrituras. Debemos apartarnos de ella y poner nuestra mirada en la palabra (Pr.4:20-23,25), puestos los ojos en Jesús (Heb.12:1-2), y en las cosas de arriba, donde nuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Col.3:1-4).

Cuando el evangelio se extendió por las naciones leudó la masa de nuestra sociedad occidental alejándonos de las prácticas paganas de inmoralidad sexual, relacionadas con el culto a los dioses antiguos. Los tiempos de apostasía en que vivimos nos han devuelto a las viejas prácticas desenfrenadas de lujuria y erotismo que han atrapado a nuestra sociedad en una saturación sexual insana que destruye la familia y las sociedades.

El evangelio nos devuelve a la libertad de los hijos de Dios (Lc.4:18ss.), santificando nuestra vida, para que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles hasta la venida del Señor (1 Tes.5:23).

Recordemos, pues, la exhortación del apóstol Pedro para terminar: Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo (1 Pedro 1:14-16).

Virgilio Zaballos – octubre-2023

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