El sistema de este mundo (7)

Sistema de este mundo¿Qué es el sistema de este mundo?

En toda batalla un elemento fundamental es conocer al enemigo, saber cuáles son sus posiciones, quién lo dirige, cuál es su carácter y objetivos; todo ello nos servirá para situarnos mejor en el momento de tomar posiciones a la hora de ser eficaces en la pelea.

Nuestro carácter ha sido influido por las formas, hábitos y pecados del sistema mundano. En Cristo, hemos entrado en otro reino, con otros principios y leyes en operación más elevados, y necesitamos una firme determinación en el espíritu para desarraigar, derribar y destruir, para luego poder edificar el carácter nuevo. Los textos siguientes no dejan duda.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los                           violentos lo arrebatan (Mateo 11:12).

Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para                               destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar (Jeremías 1:10).

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado                                 conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del                       nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:22-24).

Podíamos decir que el sistema de este mundo es como una tela de araña, diseñada de forma perversa y sutil para atrapar el alma, estrangular el espíritu (la comunión con Dios) y destruir el cuerpo. Es una red invisible que invade al hombre y la mujer sin que perciba su acción, hasta que experimenta la asfixia de sus efectos. Está dirigido por el príncipe de la potestad del aire, en colaboración con el hombre desobediente, es el padre de mentira, rebelde, ladrón, asesino y destructor. Es la serpiente antigua, el diablo y Satanás. Todos estos aspectos los encontramos expuestos claramente en las Escrituras [1].

Este sistema maligno actúa a través de una jerarquía de ángeles caídos [2], de los hijos de desobediencia [3], de las debilidades de la carne (el hombre caído en pecado) [4], y a través de la oscuridad y el engaño de los pueblos y sus gobernantes producido por la idolatría [5].

Algunas de esas personalidades o autoridades malignas que operan en la sociedad de nuestro tiempo son la indiferencia, apatía, pasividad, pereza, indisciplina, desorden, hedonismo, (cultura del placer y el bienestar), permisividad (relativismo moral), esquizofrenia (doble ánimo, doble personalidad), lujuria y pornografía, seducción y exhibicionismo carnal (formas de vestir provocativas), música satánica, drogas (hechicería y control de la voluntad y la conciencia), religiosidad (idolatría, tradiciones contrarias a las Escrituras, resistencia a la obra del Espíritu Santo, apariencias de piedad), humanismo (el hombre por encima de todo, desechar a Dios, Nueva Era), rebelión (falta de sometimiento a todo tipo de autoridad), apostasía de la fe (abandono de la fe, incredulidad, pisotear la sangre del Pacto, descuidar una salvación tan grande), tibieza espiritual [6].

Muchas de estas personalidades malignas actúan en conjunto, formando coaliciones, expresadas en la sociedad por los políticos y las autoridades humanas (filósofos, científicos, autoridades religiosas y teólogos, escritores, actores, directores de cine, medios de comunicación, diseñadores de moda, deportistas, etc.). Todo ello viene como una tromba sobre el hijo de Dios. Los que buscan mi vida (alma) arman lazos, dijo el salmista [7]. El diablo tiene extendidas trampas, a través de los esquemas mundanos, para atrapar el alma del hombre. Es en el alma donde se produce la batalla de las pasiones y deseos, aprovechada por el diablo para dar expresión a todo tipo de guerras [8]. Por lo tanto, nuestro campo de batalla está en el área del alma.

Notas:

[1] – (Efesios 2:2) (Juan 14:30; 8:44 y 10:10) (Apocalipsis 20:2).

[2] – (Efesios 6:12) (Apocalipsis 12:9)

[3] – (Efesios 2:2)

[4] – (Romanos 8:7,8)

[5] – (2 Corintios 4:4)

[6] – (Mateo 24:12) (Apocalipsis 3:15-17)

[7] – (Salmos 38:12)

[8] – (Santiago 4:1) (1 Pedro 2:11)

CONTINUARÁ

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