Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… aborrecedores de lo bueno… (2 Timoteo 3:1,3).
Me llama la atención que toda la lista de calificativos que hace Pablo del carácter de los hombres en los últimos tiempos está en plural. No se trata de algunos sectores de la sociedad, sino de una gran mayoría. Es un carácter predominante instalado de manera común y natural.
Aborrecer lo bueno es propio de sociedades en decadencia. Pero como se pretende ser hombres civilizados y educados, hay que disimular, camuflar, esconder la realidad del corazón detrás de eufemismos, máscaras, apariencias y argumentos sutiles.
Deberíamos preguntarnos en primer lugar ¿qué es lo bueno? No hagamos una exegesis complicada. Bueno viene del bien y todos llevamos grabado en nuestra conciencia el bien y el mal, aunque luego se pueda malear, manipular, cauterizar o perturbar por agentes extraños externos.
Sin embargo, hay un bien común, una moral buena, leyes justas, aunque siempre estén supeditadas a interpretaciones diversas. Dios es bueno y corrige al que ama. Aborrecer lo bueno sería en este caso llamar a la disciplina «malo», desechando así las instrucciones reveladas en la palabra de Dios.
En una sociedad que idolatra el relativismo moral no hay posibilidad de definir el bien y el mal. Esta ideología postmoderna sin verdades absolutas que definan claramente un patrón de comportamiento nos lleva a una mezcla que solo puede conducirnos al caos y el vacío. Es decir, regresamos al comienzo del Génesis cuando la tierra estaba sin orden y vacía hasta que la voz del Creador separó la luz de las tinieblas y vio que la luz era buena.
Hoy hemos cambiado la luz por tinieblas y las tinieblas por luz. La verdad por mentira, y la mentira por verdad. Lo amargo por dulce y lo dulce por amargo (Isaías 5:20).
Están de moda eufemismos como: «derecho a decidir» para llamar al aborto y el asesinato; «parejas de hecho» para encubrir la fornicación; «libertad de expresión» que esconden en muchos casos la calumnia con campañas diseñadas por ingeniería social que manipula a las masas.
El evangelio nos enseña a discernir el bien del mal mediante una asimilación de la verdad que nos hace libres del pecado que destruye al hombre.
La palabra de Dios es viva y eficaz para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón engañoso. Jesús se presenta como la luz de este mundo que alumbra a todo hombre; el que le sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida.
Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Hoy es tu día para ello.
Lo que la Biblia define en 2 Timoteo 3 es inquietantemente compatible con lo que hoy se podría llamar el Espectro Psicopático-Narcisista.
Parece que nuestros amigos psicópatas y narcisistas llevan milenios haciendo de este mundo un lugar peor.