Quiero compartir con vosotros la visita que periódicamente realizo con mi mujer a nuestro hermano Joaquin.
Conocemos a Joaquin desde hace muchos años. Hemos compartido la amistad y la comuniíon en diversos momentos de nuestra vida. Hace algo más de dos años quedó viudo, y enfermo de alzhéimer, la poca familia que le queda (la hija de su esposa Hortensia) lo ingresó en una residencia de Barcelona.
Poco a poco ha ido perdiendo memoria. Habla poco y de forma confusa. Pero lo que realmente nos emociona siempre es que el tiempo que pasamos con él cantando canciones como:
– He decidio seguir a Cristo
– Maravilloso Jesús es para mí
– El hombre de Galilea
– Hay vida en Jesús
todas ellas canciones antiguas y que aún recuerda para recuperar la memoria de su espíritu. Citamos textos muy conocidos de la Escritura y oramos juntos. Pues bien, siempre hasta ahora, en algún momento nos sigue, canta con nosotros, incluso ora él mismo cuando nos damos la mano juntos.
Realmente lo pasamos muy bien juntos. Nos inspiramos cantando y tocando las palmas y cuando acaba la canción le digo: Joaquín, ¿a su nombre?, y el responde: gloria; y ¿a su gloria?: mas gloria, responde.
En definitiva, estamos como una hora los tres solos. Adoramos al Señor, y siempre nos regocijamos viendo el espíritu renacido de nuestro hermano, que mantiene un semblante afable y gozoso como le ha caracterizado a lo largo de su vida.
He querido compartir con vosotros este recuerdo en favor de su memoria y testimonio.
Terminamos nuestro tiempo encomendándole al Señor, y lo dejamos en las manos serviciales de las personas que trabajan con amabilidad en esa residencia de la ciudad condal.
Os pido vuestras oraciones por la vida de Joaquin. Ya ha superado los 84 años.
Un saludo cordial en Cristo
30 de junio de 2016
VIRGILIO ZABALLOS – España
Gracias Virgilio por el buen «sermón» que enviaste hoy. Vuestra visita al hermano Joaquín.
No leo con la debida atención los buenos mensajes de cada día, pero esta visita me parece el mejor mensaje que enviaste este mes o que yo leí con mayor atención. Gracias tambien a María Jesus por compartirlo.
Un abrazo de mi parte al hermano Joaquín que pronto conoceré en el Cielo.
En la «Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Hebreos 12:23-24 ¡¡Allí nos veremos!!
Gracias querido Antonio. Tú mismo eres todo un mensaje también, tu vida lo avala y la esperanza que nos une se verá refrendada en la Jerusalén celestial, gloriosa esperanza de vida eterna. Aprecio tus comentarios y aportaciones, son muy preciosas para mí. Un abrazo a Lidia, tu querida esposa y toda la familia, junto con los amados en la fe en Salamanca y en radio Berea.